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Casado, Ayuso y el futuro del PP

No hay duda de que Ayuso fue una clara y acertada apuesta de Casado. Esto no le resta ningún mérito, sino todo lo contrario, a la presidenta de Madrid, porque ha superado con creces las mejores expectativas y ha estado a la altura de las circunstancias. Como hace muchos años que la conozco bien y valoro sus virtudes, sabía que era una decisión acertada. Lo mismo sucede con Almeida, que ha demostrado que es un gran alcalde de Madrid y estoy convencido de que será uno de los mejores de su historia. A su sólida formación y experiencia se une su capacidad de diálogo y un trato personal que se caracteriza por una gran empatía. Es lógico que la izquierda política y mediática ande cabizbaja y preocupada, porque han entregado Madrid, tanto la comunidad como el ayuntamiento, al centro derecha gracias a la persistencia en sus errores. Ayuso ha sido el blanco inmisericorde de una tenaz campaña de acoso y derribo que se ha saldado con un sonoro fracaso. La izquierda tropieza siempre en la misma piedra como consecuencia de su arrogancia y soberbia. Casado tiene que aprovechar el tirón que tienen los barones en beneficio del proyecto nacional, porque son la expresión de la eficacia del Partido Popular.

Hay dos frentes muy útiles en el difícil camino para regresar a la Moncloa, que son la gestión autonómica y municipal, así como la batalla política nacional. El primero lo tiene fácil, porque puede contar con figuras como Feijóo, Ayuso, Moreno Bonilla, Almeida, Mañueco, Miras y tantos otros que reflejan la eficacia del PP. El rival no está en el partido, sino en La Moncloa. Es algo que Casado tiene muy claro. Por ello, una anomalía que tendría que corregir y que significaría dar un mensaje muy potente ante la opinión pública, es la consolidación de un tándem formado por Ayuso y Camins en el partido y el gobierno autonómico. No hay ninguna razón objetiva para que la primera no sea también la presidenta del PP en Madrid y la segunda mantenga la secretaría general asumiendo una consejería como marca el sentido común. Es insólito mantener una provisionalidad tan dilatada en el tiempo y normalizar la anómala existencia de una gestora durante otros dos años. Los barones regionales son los que tienen que acompañar e impulsar con su fuerza el camino de Casado hacia La Moncloa. Lo que caracteriza a un buen líder no es su individualidad, sino la capacidad de rodearse de un gran equipo y el presidente del PP lo tiene.