Opinión

Gobierno gafe

Podría pensarse que este Gobierno es una maldición bíblica

La llegada de Filomena casi nos ha distraído del primer año –«triunfal», que diría Moncloa– del Gobierno del tándem Sánchez-Iglesias, y lo menos que podemos decir de él, es que parece la undécima plaga de Egipto o, más prosaicamente, que es un Gobierno «gafe». Quédense con el calificativo que deseen, pero no me negarán que dan motivos para ello: El primer Gobierno esencialmente feminista de la historia precipitó con su manifestación del 8-M la epidemia del Covid, y la vicepresidenta Calvo afirmó proféticamente que las mujeres debían asistir «porque les iba la vida en ello». Ahora, para celebrar su primer cumpleaños, nos viene Filomena, borrasca con nombre de mujer.

Se dirá –y con razón– que el tándem gobernante no es culpable ni del coronavirus ni de la histórica borrasca, pero lo cierto es que las dos han coincidido durante su mandato, y en ambos casos España paga sus efectos con especial intensidad. Las consecuencias para la salud de los españoles son evidentes, y ya han reparado en ello otorgándonos un nuevo derecho: el de morir dignamente. Lo propio sería tener el derecho a vivir así, aunque fuera durante ese último tránsito vital, pero es lo que hay.

Como dijimos, podría pensarse que este Gobierno es una maldición bíblica en la línea de Sodoma y Gomorra, pero es más propio lo de gafe y, además, es laico como Sánchez. Gafe: «Se suele asociar a aquella persona que tiene mala sombra, es aguafiestas, da mala suerte, o es directamente un cenizo». Elijan ustedes.