Política

El ministro Illa contra el candidato del PSC

Ha seguido la misma táctica que con la covid, no ser responsable de nada, las decisiones no le corresponden a él sino a los gobiernos autonómicos

Cuando Iceta, con los ojos enjugados de lágrimas, comunicó la decisión de Sánchez de poner la foto de Illa en el cartel electoral de Cataluña, no contaba con el bofetón de los independentistas en forma de cambio de fecha electoral.

Pero lo más sorprendente ha sido, sin duda, la frase con la que ha resuelto el ministro el debate: “Me tengo que atener a lo que dicen los responsables que han tomado la decisión. Tengo que creerme lo que han dicho”.

Tampoco es que haya hecho una ardua defensa de la posición del PSC: “Me remito a lo que dice mi partido. No quiero entrar…”. Cualquiera entendería que el ministro se está protegiendo para evitar una controversia en la solo tiene que perder.

Sin embargo, hay un pequeño detalle que todo lo cambia y es que, Illa, no es ministro de exteriores, sino de sanidad y el motivo del aplazamiento de la fecha electoral dado por el Govern es, precisamente, la pandemia, primera cuestión de la agenda del ministerio.

Ha seguido la misma táctica que con la Covid 19, no ser responsable de nada, las decisiones no le corresponden a él sino a los gobiernos autonómicos y más que un conciliador es alguien que se esconde del debate porque sabe bien que solo le puede traer problemas.

Con la tercera ola desbocada y al frente de la misma Fernando Simón, el gran fiasco de esta crisis, que entre otras maravillas ha dejado perlas en los últimos días responsabilizando a los ciudadanos del rebrote o que la cepa inglesa no tendrá mucha incidencia en España, no parece que, por escurridizo que sea el ministro catalán, esta vez vaya a escapar ileso del desastre que se avecina.

A estas alturas, en los centros de atención primaria de las zonas más afectadas los médicos de atención primaria no han recibido ni una sola instrucción preparándoles para la vacunación y, si la cepa inglesa es tan contagiosa como afirma la comunidad científica, y habiendo ya casos en España, es una irresponsabilidad descomunal afirmar que no tendrá mucha incidencia.

De aquí a mayo no es descartable que Sánchez entierre en el mismo mausoleo de Iceta a Illa, pero esto sería malo para el espectáculo político porque, lo que en este momento echa en falta cualquier seguidor de la política nacional española es un cara  a cara  entre el ministro de sanidad y el candidato a la presidencia de la Generalitat del PSC acerca de la necesidad o no de cambiar la fecha de las elecciones por la Covid 19.

De esta manera, a lo mejor podíamos enterarnos de algo más acerca de cual es el papel real del ministerio de sanidad porque siempre nos orientan a que esto depende de las comunidades autónomas, excepto algunas cosas como declarar el estado de alarma, decidir si hay o no confinamiento o las vacunaciones, es decir, lo esencial. Vamos que Illa usa como escudos humanos a los presidentes regionales.