Opinión

Recuerdos escondidos que nos hacen más ricos

A Maria G., una italiana de 98 años y residente en Roma, su historia de amor le ha devuelto un recuerdo en forma de 475.000 euros.

Las grandes historias de amor logran perdurar en el tiempo incluso cuando uno de los protagonistas ya no está o ya no se está con uno de los protagonistas. Las vivencias se quedan en canciones, en objetos, en rincones de Madrid, que inmediatamente te teletransportan a otra luz y a un escenario en el que sólo hay dos personas. El cerebro es capaz de encadenar las frases tipo «siempre nos quedará París», (a cada uno lo que le hayan dicho), una y otra vez. A veces la mente te repite la escena tal y cómo ocurrió. Otras te deja fantasear y reaccionar de manera distinta, como si la vida fuera un libro adolescente de «Elige tu propia aventura».

A Maria G., una italiana de 98 años y residente en Roma, su historia de amor le ha devuelto un recuerdo en forma de 475.000 euros. La nonagenaria se infectó de coronavirus en noviembre. No tenía casi síntomas de la covid-19, por lo que los médicos le recomendaron que se quedara en su casa y no saliera. «Massimo isolamento». Maria aprovechó que su sintomatología era leve para hacer una limpieza exhaustiva del enorme piso de Prenestino donde pasaba la enfermedad. Era el momento perfecto para ordenar y reorganizar recuerdos. Según ha narrado Maria G. a «Il Corriere della Sera», unas semanas antes de Navidad, encontró un pequeño papel escondido en un recoveco de su vieja máquina de coser. Al desdoblarlo vio que era un bono postal de 50 millones de liras, emitido por la Oficina de Correos italiana el 13 de enero de 1986. Un vale que su marido, un militar retirado del Ejército italiano, le había regalado a Maria para celebrar su jubilación.

La pareja se conoció hace ya muchas décadas en la localidad de Frosinone, al sur de Roma. Su marido decidió invertir el finiquito en este tipo de bonos (Buono Postale Fruttifero) y después lo guardó a tan buen recaudo, que pasó desapercibido durante tres décadas. Si bien es cierto, que 50 millones de liras equivaldrían hoy a unos 26.000 euros, este tipo de bonos iban asociados a unos intereses, con lo cual, la suma que recibirá Maria, quien por cierto ya se ha curado de coronavirus, es mucho mayor. Y eso que en Correos sólo querían darle a la nonagenaria unos 200.000 euros en total, una cantidad incorrecta y de ahí que la historia de la máquina de coser haya saltado a los medios.

Luigi De Rossi, presidente de Giustitalia, una asociación que se ocupa de los consumidores y la protección de los ciudadanos, ha explicado al diario italiano que en Correos aplicaron las tasas de interés anuales y no las escritas en el reverso del bono. «Tuvimos que intervenir, tras haber calculado la cifra exacta, que es más del doble: 475.000 euros». Por eso siempre es bueno, aunque duela, bucear de vez en cuando en los recuerdos.