Pedro Sánchez

Maniqueísmo y gambito de Warren

Tras proclamar que lo público es un paraíso, Warren Sánchez aclaró que dicho edén “se paga con impuestos, no con los impuestos de unos pocos, sino con los de muchos, con los de todos”.

Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, también despliega todas las argucias de la propaganda. Lo probó hace poco en el Comité Federal del PSOE, en el que exhibió en una misma intervención un diestro maniqueísmo vacunal y un osado gambito fiscal.

Empieza fuerte: “hemos trabajado, trabajado y trabajado sin parar para salvar vidas, para salvar empleos y para salvar empresas a la vez que nos preparábamos para avanzar hacia la recuperación en cuanto fuera posible”. Señala con orgullo precisamente los objetivos en donde su fracaso ha sido más estrepitoso: sanidad y economía.

Sigue con el maniqueísmo vacunal: “la vacuna simboliza progreso frente a superstición; la vacuna sigue el orden de la solidaridad frente al orden del privilegio; la vacuna es ciencia frente a ignorancia; es servicio público frente a dinero; la vacuna es Europa frente a egoísmo nacionalista; la vacuna es esperanza frente a miedo”.

Que el socialismo represente las virtudes señaladas en primer lugar es dudoso, y que la izquierda sea lo contrario a privilegio es falso. Pero eso de que el servicio público es lo contrario al dinero, cuando la izquierda va a crujir a las trabajadoras arrebatándoles su dinero con más impuestos, es afrentoso.

Y hubo más: un extraordinario gambito, es decir, sacrificar una pieza en busca de una posición más favorable. Tras proclamar que lo público es un paraíso, Warren Sánchez aclaró que dicho edén “se paga con impuestos, no con los impuestos de unos pocos, sino con los de muchos, con los de todos”.

Esto es notable, porque la izquierda se pasa todo el rato presumiendo de justicia social y de redistribución. Mil veces prometieron, tanto Warren como Paulita Naródnika, la reina del populismo vernáculo, que su Gobierno de progreso jamás le subiría los impuestos al pueblo, sino solo a una minoría de asquerosos ricos.

Y en la misma semana en que aparece la confirmación de que habían mentido como bellacos, porque las muy progresistas tasas Google o Tobin repercuten finalmente en el bolsillo de las trabajadoras, va Warren Sánchez y se olvida de los ricos. Con toda la cara, va y les dice a las mujeres que sí, que van a pagar todas ellas. Y que es lo que hay que hacer.

Un genio, señora. Del mal, pero un genio.