Ucrania

El día que ha marcado la historia de Europa

Rusia lleva a cabo un cambio demográfico forzoso en Crimea

En la historia de Europa hay fechas dramáticas que claramente señalaron un «antes» y un «después», cuando unas decisiones nefastas desencadenaron una sucesión de eventos que en un abrir y cerrar de ojos cambiaron la forma de vivir. El 20 de febrero de 2014 es una de estas fechas.

Por un lado, es una fecha cuando los acontecimientos en Kyiv definieron el futuro democrático de Ucrania y la reciente historia europea, puesto que este día se honra la memoria de los Héroes de la Centena Celestial que dieron sus vidas, defendiendo los derechos humanos, las libertades fundamentales y el rumbo de Ucrania hacia la UE.

Al mismo tiempo el 20 de febrero de 2014 es también la fecha cuando las tropas rusas invadieron Ucrania en Crimea, marcando la ruptura definitiva de los fundamentos de la arquitectura de seguridad de Europa.

La invasión armada rusa de Crimea, que por sí misma constituye una grave violación del derecho internacional, tiene una particularidad. Por primera vez en la historia de una Europa posguerra, o sea desde 1945, un estado europeo atrevió a declarar la anexión de una parte del territorio soberano de otro estado, pisoteando así la Carta de las Naciones Unidas y el Acta Final de Helsinki, así como el Memorando de Budapest de 1994 cuyas partes firmantes solemnemente proclamaban respetar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.

En Crimea se han convertido en una realidad cotidiana las torturas, maltratos, la expropiación de propiedades, desapariciones forzadas de los ucranianos y tártaros de Crimea, encarcelamientos y detenciones arbitrarias efectuadas por las autoridades de ocupación rusas. Estas violaciones de los derechos humanos siguen siendo denunciadas repetidamente por las Naciones Unidas.

Hasta la fecha, más de 100 ciudadanos de Ucrania, en su mayoría los tártaros del territorio, están detenidos ilegalmente en la Crimea ocupada temporalmente y en Rusia bajo los cargos políticamente motivados. Desde 2016 el Mejlis –organismo representativo y ejecutivo del pueblo tártaro de Crimea– está prohibido por las autoridades de ocupación rusas, que desacatan a la Corte Internacional de Justicia que el 19 de abril de 2017 dictó su providencia sobre la solicitud de medidas provisionales presentada por Ucrania, y obligó a Rusia: «Abstenerse de mantener o imponer limitaciones a la capacidad de la comunidad tártara de Crimea de conservar sus instituciones representativas, incluido el Mejlis».

Rusia lleva a cabo un cambio demográfico forzoso en Crimea. Cerca de 50 mil nacionales de Ucrania se vieron forzados a abandonar la península, mientras unos 500 mil ciudadanos de Rusia se han trasladado a aquella región.

Moscú sigue convirtiendo Crimea en una base militar. El número de efectivos fue casi triplicado del 12,5 mil en 2014 hasta 32,5 mil. La creciente militarización de la península representa un desafío para toda la región de los mares Negro, Azov y Mediterráneo.

De cara a las violaciones sistemáticas del derecho internacional por parte de Moscú, la comunidad internacional introdujo una serie de sanciones económicas, reforzándolas con el fin de hacer el precio de ocupación de Crimea insostenible para el Kremlin.

Con vistas a fortalecer las acciones conjuntas en respuesta a la ocupación, en octubre de 2020 el Presidente Volodymyr Zelenskyy presentó oficialmente la Plataforma de Crimea. La Cumbre inaugural está programada para el próximo 23 de agosto. Es un mecanismo de coordinación, cuyo objetivo final es la desocupación del territorio, el restablecimiento del control de Ucrania sobre la península y la indemnización por los daños causados por la ocupación temporal.

Como dijo Ortega y Gasset, el «decano de la idea de Europa», «la colaboración es la manera de vivir que caracteriza a los europeos».

Ucranian estando al frente de la batalla por la seguridad europea, cuenta con un constante apoyo de la UE y sus países miembros que no sólo ayudan a contrarrestar la agresión rusa, sino también asisten a Ucrania en la implementación de las reformas en muchos terrenos. El acercamiento de Ucrania a los estándares europeos, tal y como exige el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, es incesante.