Pablo Iglesias

Paulita a Madrid

Paulita no vuelve en estas elecciones a Madrid sacrificándose sino para evitar ser sacrificada.

Paulita Naródnika, la reina del populismo vernáculo, quiere volver a Madrid. No a su modesto piso de Puente de Vallecas, pero sí a la Asamblea, sita en el mismo distrito. En el vídeo en el que comunicó su decisión, la presentó como un sacrificio: “Un militante debe estar allí donde es más útil en cada momento”. Como dice el tango: mentira, mentira. Paulita no vuelve en estas elecciones a Madrid sacrificándose sino para evitar ser sacrificada.

Entre los defectos que padece la lideresa populista no se cuenta la estupidez, y la realidad le ha lanzado tres avisos. Primero, ha ido perdiendo respaldo popular en los comicios autonómicos, en el caso de Galicia de modo catastrófico. Segundo, las encuestas sugieren que el futuro de Podemos en las urnas puede ponerse muy negro: como publicó LA RAZÓN el lunes, era posible que en Madrid el partido de Paulita, junto con Ciudadanos, se quede fuera del parlamento regional. Tercero, Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, también tiene todas las estrategias, y entre ellas la de ir moderando su discurso radical, preparándose él mismo para unas próximas elecciones generales, ante las cuales la compañía de Podemos no representaría un salvavidas sino un lastre.

Ciertamente, la maniobra símbolo del acercamiento a Ciudadanos salió mal en Murcia y en Madrid, pero en todo caso Paulita tomó nota de ella, sumó todo lo demás, y concluyó que su mejor estrategia era dejar Moncloa rumbo a Vallecas. En efecto, desaparecer de la Asamblea de Madrid en 2021 significaría para Podemos un colapso en las próximas generales, en las que Paulita ha dicho que no estará en cabeza –generosa que es ella.

De momento, pájaro en mano, para lo cual se necesitan estrategia y lema.

La estrategia, hablando de volver, estriba en volver con Errejón, y ponerlo en el brete de rechazar el abrazo de la osa y ser responsabilizado del hundimiento del populismo en España. Difícil será negarse. Sea como fuere, Paulita tendrá su escaño en Vallecas.

Y el lema es un clásico: un temible enemigo. Hace años, el PSOE sacó a pasear el famoso dóberman –con mejorables resultados. Paulita Naródnika proclamó que viene para “frenar a la ultraderecha”, o incluso, ya puestos, a “la derecha criminal”. Como decía el gran Saki, si vale la pena mentir, vale la pena mentir bien.