Vox
El dogma de la «corrección política»
El actual PP ha renunciado a la guerra cultural e ideológica
A medida que transcurren los meses, toma plena perspectiva el alcance de lo sucedido el pasado octubre, cuando Casado sorpresivamente transformó una moción de censura a Sánchez en una radical censura a Abascal y Vox, admitiendo como propio el cordón sanitario impuesto por el Gobierno y el «bloque de la moción», por el que Sánchez asumió la presidencia en junio de 2018 con tan solo 84 diputados, el peor resultado del PSOE en su historia reciente.
Desde entonces, Vox se ha ido consolidando como una fuerza política de derechas, mientras Cs está en proceso acelerado de desaparición. Por su parte, el actual PP ha renunciado a la guerra cultural e ideológica, claudicando de facto y asumiendo esa presunta supremacía moral de la izquierda, a la que sólo le hacen frente Ayuso –entre otros– en el PP, y Vox.
Las elecciones del 4-M van a significar un test muy importante respecto a la estrategia adecuada para alcanzar la victoria electoral, y ello haciendo abstracción de principios «irrenunciables» del humanismo cristiano no defendidos ya por la actual dirección popular. La dictadura del relativismo imperante ha impuesto el dogma de la ideología de género como condición necesaria para formar parte del perímetro impuesto como «democrático». El PP ha asumido este dogma, pero Vox de momento no, y por ello le imponen el cordón sanitario. Pero los votantes no lo sufren, y esa es la razón por la que no es posible la reunificación del centro derecha en el actual PP. Veremos el 4-M.
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