Elecciones Comunidad de Madrid

Madrid sí paga traidores

Roma traditoribus non praemiat, Roma no paga traidores, con esta frase, los cronistas romanos que narraron la muerte de Viriato, criticaron la manera en que lo hizo el procónsul Cepión al mismo tiempo que defendían un concepto de dignidad romana.

Viriato era un caudillo lusitano que consiguió frenar durante mucho tiempo la entrada de las tropas romanas en la península ibérica. Para acabar con él, Quinto Servilio Cepión compró la voluntad de tres allegados al rebelde. La manera de proceder no mereció el respeto de senadores y altos cargos que entendían que un romano debía vencer en el fragor de la batalla.

Toni Cantó ha tardado unas horas en cambiar de camiseta, ya va por su tercer partido político y, a este paso, pasará por todo el arco parlamentario mientras le ofrezcan un escaño. Irene Lozano ya lo hizo hace tiempo, desde 2016 vive bien entre alfombras oficiales.

Aunque van en candidaturas enfrentadas, les unen muchas cosas, no solo su pasado. Ambos tienen una ambición y un ego desmedidos, les inspira el poder y ocupar cargos.

Lozano ya ha pasado por varios nombramientos, siempre de puntillas, haciendo poco para no hacer mucho ruido. Los dos se daban buena maña para acusar de corruptos a los dos grandes partidos, insultar a sus dirigentes y militantes y arremeter contra todo lo que tuviese tufo a bipartidismo.

Ambos han traicionado a su partido y sus antiguos compañeros de filas y lo han hecho a cambio de algo, de un escaño. También se han mostrado muy hábiles en el manejo de los tiempos y han sabido poner en valor su presunta valía personal. Cuando sus organizaciones quebraban, ellos se han salvado y con recompensa.

Sánchez y Díaz Ayuso se han equivocado con estos fichajes, el socialista es reincidente porque Lozano nunca ha aportado un voto pero sí genera tensiones internas.

La popular tendrá problemas con Cantó en breve, en cuanto no le haga consejero de cultura, si consigue gobernar, o le catapulta de nuevo a la política nacional si no lo consigue.

Para ellos Madrid es una parada en su recorrido, un lugar en el que tomar impulso para alcanzar el éxito. Cantó se interesa por Madrid o por Valencia según le venga bien para ser diputado en las Cortes y, algún día ser ministro. Lozano necesitaba un poco de visibilidad para ver si por fin esta vez le dan la cartera que dice merecer.

No es de extrañar que Ciudadanos, al igual que la extinta UPyD, haya fracasado tan estrepitosamente. Crear un partido político con quienes provienen de otros, que llegan frustrados y resabiados porque se consideran demasiado valiosos para los pocos cargos que han tenido, no puede acabar bien.

Si el mensaje que han querido lanzar PP y PSOE a los electores es que eligen lo mejor, han errado porque lo único que se puede interpretar es que no han encontrado nada mejor dentro de sus respectivos partidos.

Quizá Roma no pagase traidores, pero parece ser que Madrid sí.