Política

Mercado y corrupción en los Episodios Nacionales

Leemos en los Episodios frases liberales que habrían aplaudido Adam Smith o Jovellanos

El profesor Juan Velarde ha subrayado el papel del comercio en las obras de Pérez Galdós, en un siglo XIX habitualmente denigrado como paradigma de una desastrosa decadencia de nuestro país, que en realidad no existió, como han señalado destacados economistas españoles desde Flores de Lemus hasta Leandro Prados de la Escosura.

Varios empresarios son elogiados en los Episodios Nacionales, como Primitivo Cordero: «modelo de buena fe, crédito y orden». De su actividad, de los transportes y la banca, provino un impulso en una época convulsa en lo político y también en lo económico y regulatorio, con los debates sobre el proteccionismo y el librecambio.

Galdós entra en detalles de algunos negocios de antes de mediados de siglo, como las fondas: «aún no se hablaba de restaurants». Hubo aportaciones extranjeras, como «un suizo llamado Lhardy». Los italianos «introdujeron las buenas formas de servicio y un poco de aseo…no fue tampoco reforma baladí el sustituir la lista verbal, recitada por el mozo, con la lista escrita», o el menú de precio fijo.

No todo es honradez en la vida, ni en la economía. Galdós habla de timos privados, como el provocar accidentes para estafar a las compañías de seguros, y de nuestra pionera en los fraudes piramidales llamados después esquemas Ponzi, doña Baldomera Larra, «sagaz arbitrista».

También habla de corrupción pública, relacionada con las desamortizaciones, por ejemplo, o la manipulación de la deuda pública con el caso de los juros y el inescrupuloso arribista Piapón: «Esa serie de juros de 1803, que andan por ahí, sin que nadie los quiera, necesitan una mano cariñosa que le dé colocación con preferencia a los que ahora tienen el turno». La corrupción alcanza a nobles y al felón Fernando VII. Pero el abuso es generalizado en el sector público y sus amiguetes privados: «Los dos partidos, que se han concordado para turnar pacíficamente en el Poder, son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el Presupuesto…Un día y otro nos hablan de los escandalosos agios, de los negocios y contratas con que el Gobierno premia a los que le ayudan».

Leemos en los Episodios frases liberales que habrían aplaudido Adam Smith o Jovellanos, como la siguiente: «Los ricos, si a más de ricos están un poco arrimados a la política, son los amos de vidas y haciendas».