Partido Popular

Machetes de ida y vuelta

Quizás algunos piensan que es mejor tener partido sin Gobierno, que Gobierno sin partido

Las batallas que están librándose dentro del PP, con la justificación oficial de la renovación interna, ocupan un puesto discreto en la actualidad política porque el ruido de sables entre partidos a nivel nacional, en ese «quítate tú para ponerme yo», mientras siguen acumulándose víctimas y parados, lo opaca todo. Hasta la crisis sanitaria y económica. Pero son pulsos salvajes, que están dejando fracturas importantes y «muertos» políticos en el camino, que pueden convertirse en piedras para Pablo Casado si desde Génova no manejan con más habilidad el machete. En los partidos tienden a cometer el error de pensar que, aunque haya fallos en el liderazgo, el líder puede perpetuarse en el puesto utilizando como excusa a los afiliados y a las bases. Me lo comentaba estos días un buen conocedor de la maquinaria del PP y que ha visto pasar por Génova a todo tipo de Apóstoles.

Pero en Génova no deberían perder de vista la idea de que puede que todas las Juntas locales territoriales estén en manos de cargos afines a ellos, y aun así hay una realidad paralela que no pueden borrar: «tanto Juanma Moreno, Feijóo o Ayuso pueden lapidarles en un Congreso Nacional».

Pablo Casado ganó el Congreso de la sucesión de Mariano Rajoy gracias a los compromisarios de María Dolores de Cospedal. Fue un pacto entre dos rivales, una alianza para bloquear a la tercera en liza, pero no fue una victoria en sí de la candidatura de Casado, sino el triunfo del bloqueo contra la «delfina» de Rajoy. Dividir al PP para perpetuarse en él puede servir únicamente para ahorcarse políticamente. Génova está imponiendo sus «peones» sin preocuparse siquiera de distraer la atención con el arte de la esgrima, sino a golpe de espada y mazo. Callan en Galicia. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, planta al secretario general en el congreso de Sevilla. En Valladolid, estalla la dinamita con el presidente provincial, al que ahora han apartado desde Madrid, saliendo de un mal COVID, con dos mese intubado y sedado. En Valencia está listo el asalto para apartar a Isabel Boning de la presidencia regional, y en este movimiento entra la jugada de traer a Madrid a Toni Cantó, de Cs hasta que temió perder un sueldo público (debe ser más cómodo el teatro político que el arte del teatro) ... Quizás algunos piensan que es mejor tener partido sin Gobierno, que Gobierno sin partido.