Opinión
El cuaderno de Chapu Apaolaza: Otro principio del fin
A ver qué presidente se priva de salir ahí a dar la noticia de la vacuna. A mí en realidad lo que me molesta es lo que tarda la vacuna, no lo que diga Sánchez.
La presidenta de la Comunidad de Madrid se reunió con los rusos para comprar la vacuna Sputnik para los madrileños. La semana pasada, a Ayuso la pintaban como la madame del golferío de Europa y hoy nos enteramos que es una mezcla de James Bond y Mata Hari, vendida a los rusos. Será más cosas porque queda mucha campaña. Gabilondo siempre es Gabilondo, pero a Ayuso le guardan muchos papeles, como este de enlace con Moscú que funciona tan bien que los chulapos bailan la balalaika en un ladrillo, y en la Plaza Mayor te sirven una ‘relaxing cup of café’ con Sputnik. Hablar con los rusos para conseguir la vacuna, qué traición. Si al menos hubiera hablado con los rusos para declarar la independencia de Cataluña, el PP de Madrid sería un partido de dirección de Estado y tendríamos la partida de Madrid en los PGE hasta las trancas de ibuprofeno y de millones.
Me gusta este abril de cielos azules y jersey a la cintura. Tenemos a favor la luz de la primavera y el ARN mensajero. Parece evidente que de aquí en adelante, moriremos menos y viviremos más, pero teme uno hacer predicciones. Con todo, hace sol. Hasta se ha aparecido Sánchez a decir que el 70% de los españoles estaremos vacunados en agosto y Sánchez solo se aparece cuando las cosas van bien.
Recuerdo emocionado el día en que habíamos derrotado al virus y la pegatina del Gobierno de España que le pusieron al primer envío de vacunas, una pegatina gubernamental de un gobierno de España en el que de pronto alguien piensa en que “Oye, a esto hay que ponerle una pegatina del Gobierno de España” y se la pone. Después hubo menos vacunas, menos pegatinas y Sánchez salió menos hasta ahora que ha salido a decir que es el principio del fin. Otro principio del fin. No es el primer principio del fin y uno se teme que no será el último. Se han dicho tantas cosas y tan equivocadas que el día en el que el presidente aparezca diciendo que se ha terminado el coronavirus se oirá a alguien gritando: “¡A que no!”.
Una cualidad de Sánchez es salir ahí cuando está ‘glowing’ y hoy Sanchez está ‘glowing’. A ver qué presidente se priva de salir ahí a dar la noticia de la vacuna. A mí en realidad lo que me molesta es lo que tarda la vacuna, no lo que diga Sánchez. Si nos vacunan a la velocidad del Reino Unido, por mí como si Sánchez da un concierto en el Madison Square Garden.
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