Pandemia
Vivir mejor en mejores viviendas
Es necesario adaptarlas a los actuales modos de vida, trabajo y ocio, con espacios más funcionales que nos aporten bienestar.
La pandemia de Covid19 y las medidas para combatirla, empezando por los confinamientos, han convertido nuestros hogares en espacios de convivencia, trabajo y ocio a la vez, y nos han hecho ser más conscientes de la importancia del confort de nuestras viviendas y de su capacidad para dar respuesta a nuevas necesidades. Sin embargo, la mayoría de los 25,7 millones de viviendas que forman el parque edificado en España, construidas décadas atrás para responder a requerimientos muy distintos de los actuales, están lejos de ofrecer las prestaciones que ahora precisamos y, más aún, de las que les vamos a exigir en los próximos años.
El 70% de las viviendas de nuestro país fueron construidas antes de la entrada en vigor en 1979 de la primera norma de eficiencia energética y, actualmente, son responsables de casi un 40% de los gases de efecto invernadero, que podemos corregir drásticamente con su renovación. Además, es necesario adaptarlas a los actuales modos de vida, trabajo y ocio, con espacios más funcionales que nos aporten bienestar. También urge adaptarlas para mejorar su accesibilidad, que impide a casi dos millones de personas con movilidad reducida salir de sus casas por sí solas. Y, para garantizar el acceso a la vivienda, es necesario actuar rehabilitando edificios y viviendas con fórmulas orientadas a ampliar el parque de alquiler asequible.
Es el momento de plantear la renovación de nuestras viviendas, edificios y barrios y la mejora de nuestro entorno construido para que responda a las necesidades actuales y futuras como un proyecto colectivo de país, entendiendo que los edificios no son productos de consumo rápido, sino bienes con un ciclo de vida largo de los que debemos poder disfrutar en momentos muy distintos de nuestras vidas y que, también por ello, han de estar preparados para atender a las necesidades de varias generaciones.
Antes de la pandemia ya éramos conscientes de los déficits de nuestro parque edificado. Ahora, con cargo a los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia europeo para salir de la crisis derivada de la pandemia, el Gobierno ha señalado la renovación de viviendas, edificios y barrios enteros como un elemento clave de modernización, competitividad y sostenibilidad, ya que esta actividad cumple el triple criterio de necesidad, facultad para mejorar las condiciones económicas y sociales de la próxima generación y potencial para incrementar la actividad económica en un sector que está llamado a ser un motor económico duradero, capaz de generar puestos de trabajo estables y de calidad.
Pero para aprovechar y optimizar los más de 6.000 millones de euros que se prevé destinar a este plan durante los próximos tres años, es preciso tener en cuenta que, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países europeos, la renovación del parque de viviendas en nuestro país pasa por la decisión de millones de familias que son propietarias de sus inmuebles y, en un 71,8% de los casos, en régimen de propiedad horizontal. Es decir, en edificios en los que es necesario el acuerdo de la comunidad de propietarios.
Estas dos singularidades convierten la renovación del parque residencial en España en un reto colectivo solo alcanzable si creamos las condiciones económicas, legales y técnicas adecuadas para que rehabilitar y renovar las viviendas sea la mejor decisión que puedan tomar sus propietarios. Puesto que las decisiones para actuar han de ser de las personas, su bienestar debe estar en el centro de las políticas que se adopten con fondos europeos. Para contribuir a que nuestro país alcance ese reto colectivo y que el mayor número de familias se beneficie de los fondos europeos, los Colegios de Arquitectos y su Consejo Superior hemos constituido una red de oficinas específicas de apoyo a los profesionales y también al conjunto de la ciudadanía para impulsar y facilitar las actuaciones en rehabilitación y renovación urbana. Se trata de que la gestión de las ayudas sea un éxito.
Por ello, en un momento en el que nuestras viviendas y edificios han dejado de responder adecuadamente a las necesidades reales, como sucede ahora, es necesario plantear su renovación desde una perspectiva integral y a largo plazo, acompañados por los profesionales de confianza que disponemos de los conocimientos precisos para hacerlo con eficacia, ya que, como arquitectos, sabemos identificar las necesidades, evaluar las actuaciones posibles y ofrecer programas de intervención adecuados y asequibles para que las mejoras sean útiles para diferentes generaciones.
Los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia constituyen una oportunidad única para activar la economía, dando un salto hacia adelante en la renovación de nuestras viviendas, edificios, pueblos y ciudades para que sean más eficientes, sostenibles, habitables, accesibles y mejoren nuestra calidad de vida. Aprovechar esta oportunidad es un proyecto necesariamente colectivo. Las comunidades y propietarios acompañados por los profesionales adecuados, desde arquitectos a administradores de fincas, las empresas del sector y las administraciones públicas, debemos trabajar juntos y de forma coordinada, con determinación y una clara visión de futuro, para que la ola de renovación que se va a poner en marcha sea un éxito que nos ayude a vivir mejor.
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