Política

La hora de Ayuso

Es la hora de llenar las urnas para garantizar la libertad frente al intervencionismo y el liberalismo frente al socialismo-comunismo

Por fin ha acabado la campaña y los madrileños acudirán a votar en una elecciones con trascendencia nacional y en las que nos jugamos un futuro entre un gobierno de centro derecha liderado por Ayuso, ya sea con mayoría absoluta o con apoyo de Vox, y uno de izquierda radical presidido por Gabilondo donde Iglesias tendrá un papel determinante. No es una cuestión baladí.

A pesar de la tendencia en las encuestas, los votantes que quieran un gobierno que no dependa de La Moncloa no deben creer que está todo resuelto. Es la hora de llenar las urnas para garantizar la libertad frente al intervencionismo y el liberalismo frente al socialismo-comunismo. La agresividad y violencia verbal de Iglesias muestra cuál es la alternativa a Ayuso que ha sido una gran presidenta y lo será, si el centro derecha acude a votar, en los próximos años.

Hemos visto cómo han fluido las mentiras y manipulaciones de la izquierda política y mediática mostrando una realidad catastrófica que no se corresponde con la realidad que se vive en una comunidad que es el motor económico de España.

Se ha llegado a decir que podía gobernar una derecha antidemocrática. Es una falsedad absoluta, pero todo vale contra Ayuso. Es curioso que los que realizan estas afirmaciones son los periodistas y políticos que apoyan a Podemos, que quiere acabar con la democracia que denominan burguesa para instaurar un proceso constituyente que imponga un régimen autoritario como en Venezuela o Cuba.

No es ninguna exageración, porque es lo que sucedió en esos países cuando no se dio importancia a la llegada, respectivamente, de Chávez y Castro. Hay que tener en cuenta que Madrid tiene numerosas competencias y se puede convertir en el laboratorio de ensayo para ese proyecto populista que quiere Iglesias. Lo podría hacer en la sanidad, educación, la carga impositiva, el control de las empresas y los alquileres. El margen que tendría un gobierno socialista-comunista para revertir el modelo de progreso madrileño sería enorme y mucho mayor de lo que imaginan los votantes.

Los andaluces han podido comprobar que sí era posible un cambio a mejor y por eso han dado la espalda al socialismo tal como muestran todas las encuestas. En cambio, los madrileños han tenido la suerte de ser gobernador por el PP y han visto como la comunidad vivía una profunda y positiva transformación que ahora estaría en riesgo si Gabilondo, García e Iglesias consiguen el poder.