Opinión
Aragonés y su cita con Sánchez
Sánchez es listo, resistente e implacable con enemigos y rivales. No asumirlo es el mejor camino al fracaso
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Estoy contento. Aragonés tiene su primera cita con Sánchez y, además, en La Moncloa. Espero que el presidente le enseñe la fuente donde el gran poeta Antonio Machado se veía a escondidas con su ultimo amor, Pilar de Valderrama, la famosa Guiomar de sus versos. Este símbolo de pasión se encuentra dentro del complejo presidencial. No hay nada mejor que un tranquilo paseo en el mes de junio, que es cuando han acordado que se produzca la cumbre tan ansiada por la izquierda política y mediática, para iniciar la conversión del presidente de la Generalitat por delegación de Junqueras. Es verdad que la reunión con el líder de ERC tendrá que esperar al indulto, pero así Sánchez podrá repetir la escena y otro converso al saco. No hay que olvidar que España fue un país de conversos, unos interesados y otros de corazón, que ayudaron a construir uno de los mayores imperios de la Historia. A priori estoy a favor de las conversiones. No estamos en tiempos de fastos imperiales, pero no hay que desdeñar los fructíferos resultados de un ejercicio de encanto presidencial. He conocido a todos los inquilinos de La Moncloa y hay que reconocer que el actual tiene una simpatía arrolladora.
Lo único que se espera de Aragonés y ERC es que reduzcan el independentismo a gestos vacíos de contenido como hace el PNV desde la Transición. Es suficiente una declaración anual, mantener el fantasioso mapa de los Paisos Catalans y las habituales soflamas para dar de comer a la excitada parroquia independentista mientras se la conduce al redil. Los dirigentes del centro derecha cometen el error, que les ha costado muy caro, de menospreciarle. Sánchez es listo, resistente e implacable con enemigos y rivales. No asumir esta realidad es el mejor camino al fracaso. Lo habitual en España es minusvalorar a los políticos que no nos gustan. No es algo reciente, porque lo hemos vivido desde la Transición. El presidente del gobierno tiene un plan con el independentismo de izquierdas, tanto catalán como vasco, y lo está poniendo en funcionamiento. Está bien armado jurídicamente y los indultos son solo el comienzo. Es la configuración de una mayoría parlamentaria estable que le garantice la continuidad en La Moncloa gracias al PNV, ERC, JxCat y Podemos.
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