El desafío independentista

La «republiqueta» indultada

El problema de fondo que subyace en el autodenominado «conflicto político catalán», es que se ha asimilado por parte de Sánchez, su Gobierno y «su» partido, que Cataluña es la que quieren y promueven los secesionistas. Pero éstos no representan siquiera a la mitad de los catalanes, olvidando a la otra mitad, que quieren seguir viviendo en Cataluña siendo y sintiéndose ciudadanos catalanes y, por lo mismo, españoles. Este es un derecho que les asiste y reconoce la Historia y la Constitución, y que les quiere sustraer esa otra parte que actúa como si fueran los amos de Cataluña, porque en su obcecación y «rauxa» incluso se lo creen, saltándose todas las leyes para conseguirlo.

Imagínense lo que hubiera sucedido de haber tenido ellos la fuerza para haber hecho realidad la bochornosa e indigna «desconexión» urdida en el Parlament los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Su «republiqueta» hubiera privado a ciudadanos que no la querían asumir de derechos civiles y políticos que les reconocen las leyes «españolas», comenzando por la Carta Magna. Ciudadanos de segunda en el mejor de los casos, en un «apartheid» social, económico y político impuesto por un nazionalismo supremacista tan estúpido como vergonzoso, ante el que la izquierda sanchista claudica para sobrevivir, carente de escrúpulos y convicciones. Ahora se les indulta sin arrepentimiento, para hacer posible el «reencuentro» con quienes sólo aspiran y esperan tener la fuerza necesaria para imponer su presunto derecho a apropiarse de «su» Cataluña.