Política

Una obra maestra de confusión

«Lo mismo da un sí que un no mientras se sirva al señor de Moncloa»

¡Oh maravilla! ¡Cuánto pueden dar de sí unos pocos segundos! Pero, claro está, no para los comunes mortales, sino para los privilegiados cerebros de quienes sientan sus posaderas sobre las mieles del poder. Nos lo ha demostrado esta semana Pedro Sánchez –único prócer capaz de tal hazaña– en la sede de la OTAN durante un breve paseo con Joe Biden, pues en apenas medio minuto logró hablar con él, según dijo, «de reforzar los lazos militares, de Latinoamérica, de la situación migratoria y la pandemia»; y como aún sobraba tiempo, «le felicité por la agenda progresista y esa vuelta de Estados Unidos a los grandes consensos bilaterales y el Acuerdo de París». Claro que Biden, ante tal profusión temática, no dio muestras de enterarse, aunque tal vez se preguntó si Sánchez sabe distinguir entre los acuerdos multilaterales y los bilaterales. Pero dejémoslo ahí porque tanta verborrea, y tan rápida, sólo conduce al desorden y no está el horno para bollos en cuanto a nuestras relaciones internacionales, donde se nos acumulan los problemas y se nos aleja el horizonte de su esclarecimiento.

La confusión prevalece también en el orden interno, sobre todo con el asunto ese de los indultos a catalanes que levanta ampollas en el centro derecha y amordaza a buena parte del electorado de izquierda. Y no digamos al partido socialista. Lo dejó bien claro José Luis Ábalos después de la última ejecutiva del PSOE: «Ninguna objeción y ninguna crítica en absoluto». Que el tema es controvertido entre los afiliados y votantes nadie lo duda. Pero prevalece el encefalograma plano, como ha revelado Juan Espadas nada más ganar las primarias andaluzas: lo mismo da un sí que un no mientras se sirva al señor de Moncloa. De momento eso es lo que vale; y luego ya se verá cómo se le da credibilidad ante la gente progresista.

Todo esto me recuerda a la sentencia que pronuncia Macduff en el acto segundo del Macbeth de Shakespeare: «La confusión ha creado su obra maestra». En eso estamos. Con dos años por delante para liar aún más la madeja. ¿Nos resignaremos?