Opinión

No renunciarán a nada

Es bueno recordar que ETA no fue derrotada con concesiones, sino con la firmeza del Estado de Derecho

Ha sucedido lo previsible. Aragonés y Sánchez se reunieron ayer para confirmar lo que todos sabíamos: quieren hacer tabla rasa, acabar con los políticos presos y un referéndum de autodeterminación. Con la arrogancia habitual nos dejan que los catalanes constitucionalistas podamos votar si queremos o no seguir en España. Es lo que consideran como una generosa concesión inclusiva. Por supuesto, con toda la maquinaria presupuestaria y comunicativa a su servicio para seguir con la manipulación y el adoctrinamiento. El resto no tiene nada que opinar. Lo único que se ha conseguido es favorecer la capacidad negociadora de ERC y JxCat que han mostrado su auténtica cara con las palabras de Aragonés. España es una gran nación que no merece ser humillada por el nieto de un franquista y sus camaradas. No quieren hablar de competencias o financiación autonómica, que se podría considerar un terreno razonable en una negociación con el gobierno catalán o el de cualquier otra comunidad autonómica. A lo que estamos asistiendo es a un intento de imponer el proces tras constatar el fracaso de la declaración unilateral de independencia.

El indulto a los presos no ha servido para nada. Es algo que siempre he tenido claro y me hubiera gustado equivocarme. Ahora están más crecidos y bravucones, porque huelen la debilidad de sus enemigos. Este es el término que sirve para entender cómo ven a sus interlocutores en este proceso de negociación mal llamado de diálogo. A estas alturas, lo lógico y razonable sería la unión del constitucionalismo y dejar claro que España no está dispuesta a aguantar chantajes. Es lo único que entienden los independentistas, porque las cesiones solo sirven para que se sientan más fuertes e insistan en sus pretensiones. Es bueno recordar que ETA no fue derrotada con concesiones, sino con la firmeza del Estado de Derecho. Es la democracia la que puede poner en su sitio a los independentistas y no la humillación para complacer las ansias de poder de una elite que durante décadas se ha dedicado a vivir, en el peor de los sentidos, de la política. JxCat y ERC son los hijos del pujolismo que ahora quieren destruir España para conseguir una república al servicio de una voraz oligarquía independentista. Es muy triste que España esté en almoneda.