Pedro Sánchez

Partido a partido

El objetivo es resistir y agotar la legislatura. Y más viendo cómo vienen las encuestas después de los indultos y observando el rebrote veraniego del coronavirus a pesar de las vacunas

Dice Ramón y Cajal en «Charlas de café» que el arte de vivir mucho consiste en resignarse a vivir poco a poco. O sea como hace Simeone, que tiene por norma vivir partido a partido. No es complicado aplicar esta norma a la vida política, tan inestable e imprevisible de por sí. La mejor forma de mantenerse en el poder es vivir al día, como las moscas efímeras de Ortega, que mueren al atardecer. Hasta entonces, a disfrutar de la erótica del poder, tan dulce, tan satisfactoria, con vacaciones pagadas en lugares privilegiados y el Falcon a punto.

No es extraño que a Pedro Sánchez le entre la risa cuando oye a Pablo Casado exigirle cosas tan disparatadas como convocar elecciones ahora o, cuando menos, someterse al escrutinio público en el debate sobre el estado de la nación. Lo último que piensa él es en complicarse la vida. El objetivo es resistir y agotar la legislatura. Y más viendo cómo vienen las encuestas después de los indultos y observando el rebrote veraniego del coronavirus a pesar de las vacunas –qué mala suerte– justo cuando empezábamos a levantar cabeza, se animaba el empleo y volvía el turismo. Y es que no se puede bajar la guardia. Como para elecciones está la cosa. ¡Qué listo Casado! Pero va aviado, con la Ayuso pisándole los talones y dos años por delante, gateando por los tejados.

Así que, cumplido el duro compromiso de sacar a los presos de la cárcel y obtenido el respaldo del Comité Federal, habrá que hacer un ajuste de Gobierno, que está ya como unos zorros, más que nada para entretener al personal y demostrar, por si alguien lo dudaba, quién manda aquí. Y teniendo en cuenta que la clave de la continuidad en el poder, que es de lo que se trata, está en Cataluña, hay que seguir intercambiando promesas con Pere Aragonés y Oriol Junqueras, mientras en La Moncloa aprovechan el verano para ir preparando las cuentas. Aprobar los presupuestos con un equipo de gobierno renovado es, pues, lo que dará estabilidad y garantizará la permanencia de Sánchez en el poder, cerrando el paso a la derecha. Esa es la principal tarea en la que están conjuradas todas las fuerzas de la moción de censura a Rajoy. En resumidas cuentas Pedro Sánchez está resignado a vivir poco a poco –partido a partido– para vivir mucho.