El desafío independentista
Canela Fina: Sánchez, la tentación del referéndum
Para complacer a los secesionistas catalanes, Sánchez está manipulando el Artículo 92 de la Constitución, olvidando el 168
Pedro Sánchez mintió abiertamente al afirmar que se necesitan los tres quintos del Congreso de los Diputados para que los secesionistas catalanes puedan imponer sus exigencias. Pues no. Frente a esos tres quintos del sanchismo evanescente, es decir, 210 escaños, el artículo 168 de la Constitución española resulta concluyente. Para conseguir constitucionalmente lo que los separatismos catalán y vasco exigen, se necesitan 234 escaños, es decir, los dos tercios del Congreso de los Diputados. A continuación, los dos tercios del Senado. Inmediatamente después, convocatoria de elecciones generales y la aprobación por los dos tercios del nuevo Congreso y los dos tercios del nuevo Senado. Y, si todo eso se consiguiera, referéndum nacional en el que los españoles, libres e iguales, depositarían su voto para apoyar o negar las aspiraciones propuestas.
Pedro Sánchez necesitó los escaños secesionistas y proetarras para alzarse con la investidura. Los precisó de nuevo para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y así continuar sentado en la silla curul de Moncloa y en la poltrona de su falcon. Por eso está ya jugando con el Artículo 92 de nuestra Carta Magna: «Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. El referéndum será convocado por el Rey mediante propuesta del presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados». A Pedro Sánchez no le queda otro remedio que convocar a todos los españoles a ese hipotético referéndum, pero él y sus cómplices secesionistas se ocuparán de armar ruido en torno a los resultados en Cataluña y en el País Vasco. Todo ello suponiendo que el Tribunal Constitucional autorizara como decisiones políticas de especial trascendencia la burla a la Constitución, pretendida por el separatismo de un sector de las Autonomías vasca y catalana. El sanchismo está a punto de descalabrar a España fracturando su unidad territorial. Rufián anticipó en el Congreso que el presidente del Gobierno se tragaría el referéndum.
Lo que está claro es que Pedro Sánchez podría parodiar una triste frase de nuestra historia reciente: «Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda del referéndum».
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