Opinión
El MIR y El Prat en la picota
«Ha abierto la caja de pandora de los agravios y desatinos territoriales»
La Comisión bilateral del Estado con la Generalitat de Cataluña está siendo un modelo de lo que no deben ser estos órganos de cooperación, creados no como sustitutivos sino como complementarios de las correspondientes «Conferencias sectoriales», que reúnen en torno a una mesa a los ministros con sus homólogos consejeros autonómicos. Ejemplo especial de ellas son el Consejo de Política Fiscal y Financiera para Economía y Hacienda o, en materia de sanidad, el Consejo Interterritorial de Salud. La Conferencia de Presidentes es el cierre del modelo en su máximo nivel.
Lo que está haciendo Sánchez ahora con la Generalitat catalana para garantizarse el necesario apoyo político para subsistir, está rompiendo las reglas del Estado autonómico, quebrando su naturaleza de federalismo cooperativo con que una parte de la doctrina lo considera. No sabemos si se trata del federalismo asimétrico que definió Pasqual Maragall al impulsar aquella desdichada iniciativa para un nuevo Estatuto, o es una premonición de la España multinivel; pero, sea lo que sea, es una chapuza de graves consecuencias políticas para todos.
Los resultados conocidos de esa Comisión bilateral realizada como obsequio a la inasistencia de Aragonès al encuentro de Salamanca –que tampoco fue una Conferencia de Presidentes, sino otra cosa– no pueden ser más desdichados: ha abierto la caja de pandora de los agravios y desatinos territoriales con el MIR y el Aeropuerto de El Prat puestos en la picota. Para no repetir más.
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