Wolfgang Schäuble

Hacia la pandemia de la deuda

La pandemia de la deuda pública puede ser tan terrible y global como la de la Covid

Wolfgang Schaüble preside el parlamento alemán, el Bundestag. Acumula una larga carrera política, entre la que destaca haber sido ministro de Finanzas de Alemania entre 2009 y 2017. Tuvo que lidiar con la gran recesión y se ganó fama de ortodoxo, duro y exigente con los países llamados «frugales», entre ellos España, aunque también supo ceder cuando fue necesario para salvar al euro. Mario Draghi, al frente del Banco Central Europeo (BCE) obró el milagro, pero Schaüble lo respaldó. Sin ese apoyo, hay que explicarlo, todo hubiera sido imposible. Ahora, el político alemán, se pregunta, de una manera más o menos retórica, si estamos ante una pandemia de deuda pública y, sobre todo, advierte de sus peligros. La deuda mundial asciende a la inimaginable cantidad de 289 billones de dólares –unos 232 millones de euros–, lo que equivale al 360% del PIB mundial. Estados Unidos en valores absolutos –20,7 billones– y Japón en relativos –243,8% del PIB– lideran esa clasificación en la que son excepciones, y muy contadas, los países que no figuran en ella.

España, con 1,4 billones de euros de deuda pública, un 122% del PIB, según los últimos datos publicados por el Banco de España, ocupa un puesto destacado entre los deudores y está al albur de lo que ocurra con los tipos de interés y con los manguerazos de liquidez del BCE. Mientras los tipos de interés sean mínimos, no hay problema. Lo que ocurre es que la Reserva Federal (Banco central de los EEUU) apunta que retirará los estímulos –el manguerazo monetario–y podría subir los tipos en 2022. En la eurozona, la inflación ya está en el 2,2%, por encima del 2% que desea el BCE que, sin embargo, tolerará desviaciones temporales, aunque se juega su prestigio en un envite incierto. Los vientos monetarios, en cualquier caso, empiezan a cambiar. Antes o después traerán una subida de tipos de interés. Entonces, los países que no hayan previsto el peligro y adoptado medidas, se verán asolados, como advierte Schaüble, por una auténtica pandemia de deuda, que puede ser tan terrible y global como la de la Covid.