Marruecos

Elecciones de Marruecos: un terremoto para los islamistas

Es el centrista Reagrupamiento Nacional Independiente, liderado por Aziz Akhannouch, ministro de Agricultura del actual gobierno, el que ha resultado ganador de esta triple votación

Los marroquíes votaron el 8 de septiembre para cambiar los consejos locales y regionales, pero también los miembros del Parlamento. Tres votaciones el mismo día. La gran sorpresa de la jornada, sin embargo, se ha producido después de que la parte islamista del PJD haya sido borrada casi por completo del mapa.

La noche del 8 al 9 de septiembre fue dura para los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) que lidera el gobierno marroquí desde 2011. De los 120 escaños que tienen en el actual parlamento, no pudo salvar más que 12. Una caída libre que se explica por el hartazgo de los marroquíes y, sobre todo, de los jóvenes olvidados en los últimos años.

Si Marruecos organizó sus elecciones locales, regionales y legislativas el mismo día es porque preparó un nuevo modelo de desarrollo que otorga una gran importancia a las regiones. Para ponerlo en práctica y tener éxito, se necesita una gran coherencia entre el gobierno y las regiones. El proceso de votación fue bien en todas partes del país.

Por el lado organizativo, los observadores marroquíes y extranjeros fueron unánimes al decir que la votación se llevó a cabo en condiciones normales.

La Embajada de Estados Unidos en Rabat expresó sus felicitaciones por el éxito de la triple votación. “La Embajada de los Estados Unidos felicita al Reino de Marruecos por organizar con éxito las elecciones de hoy. Nuestro compromiso compartido con los procesos democráticos fortalece nuestra asociación de 200 años”, ha escrito en su cuenta de Twitter.

Además, Marruecos consideraba que el proceso democrático no debía modificarse debido a la pandemia y estas elecciones han demostrado ser relevantes. La tasa de participación alcanzó el 50,35% (42% en 2016) y más en las provincias del sur donde ha sido superior al 60%.

Lo que estaba en juego en estas elecciones era de suma importancia. El gobierno estaba dirigido por una coalición liderada por islamistas del Partido Justicia y Desarrollo que tenía 120 escaños en la primera cámara del parlamento. Su llegada al parlamento se remonta a 2011, en plena época del movimiento denominado “Primavera Árabe”. Aunque sin iniciar ni participar en la preparación de este movimiento, el PJD ha surfeado esta ola para proponerse como el “salvador” del país.

Sin embargo, los resultados mostraron que los votantes no utilizaron este criterio en las elecciones del 8 de septiembre. De ahí la sanción muy severa impuesta al partido. Incluso el secretario general, que es el jefe de gobierno, no pudo mantener su asiento. Tampoco sus ministros.

Es el Reagrupamiento Nacional Independiente (RNI, centrista) liderado por Aziz Akhannouch, ministro de Agricultura y Desarrollo Rural del actual gobierno, el que ha resultado ganador de esta triple votación. Su partido obtuvo 97 escaños. Le siguen el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM, 82) y el Partido Istiqlal (PI, 78). La Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) se ha quedado muy atrás con 35 escaños. Estos son los partidos más importantes, los otros escaños se distribuyen entre varios otros partidos.

La configuración del parlamento cambia así por completo. El PJD pasa del primer al octavo lugar. Si bien la mayoría simple en la Cámara de Representantes requiere 198 diputados, se considera, no obstante, una mayoría cómoda entre 210 y 220 diputados. Para el RNI, esto no debería ser un problema, dado que, de acuerdo con la constitución, a ellos les corresponde formar el futuro gobierno.

Los resultados de estas elecciones se deben, entre otras cosas, a la movilización de los jóvenes. La mayor parte de la campaña electoral tuvo lugar en las redes sociales, lo que indica un cambio radical en la forma en que se hace política. Los jóvenes no se adhirieron al discurso del PJD, centrado en consideraciones morales, que estos mismos islamistas no respetaron. Varios casos de moralidad o malversación de fondos públicos han desacreditado al partido.

Las preocupaciones de los jóvenes se centraban en el empleo, la salud, la educación pública, las oportunidades económicas y no habían visto mejorar sus condiciones durante 10 años. Por otro lado, pudieron observar el trabajo realizado por los ministros de la RNI (comercio, industria, nuevas tecnologías y finanzas) quienes fueron los primeros en el frente contra la pandemia y sus efectos económicos y sociales.