El desafío independentista

Estratégico e histórico edificio

Hace tiempo que el separatismo catalán tiene entre sus objetivos el edificio de principios del pasado siglo y que actualmente ocupa la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Barcelona, como antes lo ocupó la Policía de la Generalitat republicana –con una prolija historia de hechos terribles durante la Guerra Civil–, y, asimismo, la Policía durante el franquismo.

Las causas de esa aspiración de okupación por el separatismo son su estratégica ubicación –a medio camino de la Vía Layetana, que une la Plaza Urquinaona con una histórica plaza– y, sobre todo, el deseo de expulsar al Estado de toda visibilidad y presencia pública en Cataluña. Esta histórica plaza, inicialmente dedicada a Antonio López, ahora lo está a Idrissa Diallo, joven guineano que, tras saltar la valla de Melilla en 2011, recaló en el CIE de Barcelona, donde falleció.

Antonio López tuvo un monumento erigido en su honor por el Alcalde Rius i Taulet en 1884, hasta que Colau le retiró la estatua acusándole de esclavista en Cuba. En su base, lucían placas con textos del poeta Jacinto Verdaguer, del Rey Alfonso XII, y otra con la inscripción «Gran Naviero, Senador vitalicio y Primer Marqués de Comillas».

Cada Diada los CDR y sus aliados someten a ese edificio de la Policía Nacional a violentos ataques exigiendo que se vayan «las fuerzas de okupación policiales españolas». El Gobierno de España no puede aceptar que ese edificio acabe mancillado, cual Antonio López, siendo sede de nuestra Policía Nacional desde 1976.