Política

La Convención y el trampantojo

Esta demostración de fuerza y el ostensible respaldo unánime a Casado no ha sentado bien al Gobierno ni a los medios de comunicación “progresistas”

La convención itinerante del Partido Popular ha sido una notable exhibición de propaganda política. Ha reafirmado el liderazgo de Pablo Casado dentro de su partido frente a los enredadores de turno y los devaneos de los “ayusistas”; ha presentado las credenciales necesarias para llegar a la Moncloa; ha abierto de par en par las puertas a los que se habían alejado, desengañados, de la casa común, advirtiendo que fuera y desunidos no hay salvación; y se ha comprometido con los electores a una serie de reformas concretas con una definida carga ideológica. Todo ello en un ambiente de cierta euforia y de visible aliento popular como si se presintiera que el cambio de mano del poder está ya al alcance después de estos azarosos años.

Esta demostración de fuerza y el ostensible respaldo unánime a Casado no ha sentado bien al Gobierno de Pedro Sánchez ni a los medios de comunicación “progresistas”, que se han esforzado, desde el primer momento, en desvirtuar el alcance de la convención con una descarada exhibición de contrapropaganda, siguiendo un guion preestablecido y confundiendo, en contra de su propio libro de estilo, la información con la opinión hasta en los titulares de portada. La versión gubernamental y de su entorno es que el Partido Popular, de la mano de Pablo Casado, en vez de viajar hacia el centro, se ha quedado parado en la derecha montaraz haciendo guiños a Vox. Y, por supuesto, han procurado utilizar la figura popular de Isabel Díaz Ayuso para eclipsar el indiscutido liderazgo de Casado. No importa la solemne declaración de la presidenta madrileña de lealtad y apoyo al candidato popular a La Moncloa.

El gran argumento del Gobierno y sus propagandistas contra el PP es, además de la matraca con las antiguas corrupciones o corruptelas, el trampantojo de Vox, “trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es”. ¡Exactamente eso! Un obsceno ejercicio de ilusionismo político para frenar la expansión electoral del PP de Casado hasta los espacios moderados del centro-izquierda, sostener en pie a los últimos reductos de Ciudadanos y , sobre todo, movilizar, con el argumento de que viene el lobo, al electorado de la izquierda cansado del sanchismo. El trampantojo de Vox es el principal argumento de Pedro Sánchez para seguir en La Moncloa. De ahí el manejo de ese trampantojo para ocultar las luces de la convención.