Opinión

El cuaderno de Chapu Apaolaza: Otegi y el ‘Pedrosanchizador’

El presidente del Gobierno tiene un filtro ‘pedrosanchizador’, un ingenio que según lo aplica, parece que todo el mundo le da la razón

Notas del 18 de octubre, veranillo socialdemócrata y resaca del congreso del Partido Sanchista Obrero Español. Sanchez sale a la pista central con gorra, bigote y casaca colorada de botones de oro y hombreras de teniente general. A su señal, sus enemigos de dentro del PSO saltan a través de aros en llamas y hacen así con la pata.

Felipe González fue al Congreso a reivindicar el socialismo no sanchista y su fidelidad a un partido que ahora esta en manos de Sánchez, pero en las fotos sale haciendo las cabriolas pedristas. Sánchez tiene un filtro ‘pedrosanchizador’, un ingenio que según lo aplica, parece que todo el mundo le da la razón. Se lo pasa a la realidad y de súbito, Felipe es sanchista, el PSOE es el PSOE, y hasta que el busto del pobre Alfredo Pérez Rubalcaba parece Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando todo el que lo mira sabe que han retratado a Jorge Javier Vázquez.

A punto estuvieron de hacerle a Don Alfredo un vídeo de esos en que cogen una foto de tu cara y te ponen a decir cosas. Cosas sanchistas. Eso es el pedrismo: una tecnología. En Valencia, hasta salió hablando Pablo Iglesias, el bueno. Sánchez se aparece entre hologramas que le dan la razón. En todo lo que hace prende un impulso supuesto, un eco, un recuerdo, una presencia de espíritu que sobrecoge al personal hasta el punto de que algunos fieles se clavan de rodillas, juntan las manos, ponen los ojos en blanco y cuando despiertan, juran que les estaba hablando el PSOE “de toda la vida”.

Otegi está mutando pero hay sospechas de que sigue siendo el de siempre. En el décimo aniversario de lo de Aiete, ha dicho que la izquierda abertzale cambió la vida de la gente. Ya lo creo. También cuenta Arnaldo que siente el dolor causado a las víctimas. Es algo y si a algunos les sirve, bien está. Peor era cuando disparaban a la gente. Sobre lo de ETA se advierte un deseo de hacer borrón y cuenta nueva y que parezca cuanto antes que Bildu es un socio lo suficientemente respetable como para presentárselo a tus padres. En poco tiempo, a Otegi le pasan el ‘pedrosanchizador’ y le terminan dando el Premio Nobel de la Paz.

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