Política
Moncloa da gracias al PP
Siempre es posible encontrar un motivo absurdo para pelear, así en la vida como en la política
Nada hay que sea de más ayuda para un gobierno que determinadas actitudes de la oposición. Cuando las urnas entregan el poder al otro, el partido que sufre la derrota tiende a entrar en fase melancólica, antes de caer en una tentación autodestructiva de la que cuesta recuperarse. Pero resulta curiosa –y hasta cómica– la circunstancia según la cual, un buen resultado electoral se convierte en un magnífico motivo para el suicidio político. Es ahí donde se ha instalado con apasionamiento el Partido Popular, en el incomprensible embrollo de su organización de Madrid.
Pablo Casado sumó dos derrotas consecutivas en las elecciones generales de abril y noviembre de 2019, y vio peligrar su liderazgo con la casi desaparición del partido en Cataluña el pasado mes de febrero. Pero la rotunda victoria del PP en las imprevistas elecciones madrileñas del 4 de mayo elevó las expectativas de Casado, y los sondeos profetizan desde entonces mejores tiempos para el Partido Popular, al que algunos augures más atrevidos otorgan, incluso, la posibilidad de alcanzar La Moncloa.
Sin embargo, en la nociva sede de la calle de Génova y en las intrigantes oficinas de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol han debido considerar que no puede ser bueno recibir tantas noticias agradables. De manera que, planificado o no, han decidido autolesionarse. Cuantos más problemas internos tiene el Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez, más ruido provoca la riña adolescente –cargada de rencores personales entre asesores y segundas filas– que mantienen Génova y Sol por si el congreso del PP madrileño tiene que celebrarse en marzo o en junio. Siempre es posible encontrar un motivo absurdo para pelear, así en la vida como en la política, y este es extraordinariamente absurdo.
Los enfrentamientos en la coalición de gobierno por la reforma laboral o problemas como, por ejemplo, la subida de los precios, pierden relevancia pública mezclados con las nuevas sentencias por antiguos casos de corrupción y por el favor que los populares hacen a PSOE y Podemos con esta reyerta de medio pelo por el poder del partido en Madrid. Moncloa agradece el favor.
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