Pandemia

¿Qué ideología tiene la vacuna?

Cuando esta pesadilla termine, los sociólogos van a tener mucho trabajo

En este mes de diciembre se cumple el segundo aniversario del momento en el que se detectó el nuevo coronavirus en China (aunque pudo ser antes), sin que las autoridades de ese país hayan dado todavía una explicación creíble de lo que ocurrió. Dos años de calamidad es demasiado tiempo para un mundo moderno que exige, y se ha acostumbrado, a disponer de soluciones rápidas para casi todo, y que vive al ritmo fulgurante de internet. Es natural, por tanto, que la pandemia esté resultando agotadora e insoportable, ante la perspectiva de que algo tan destructivo y letal pueda durar mucho más tiempo.

Esa fatiga general ha provocado efectos sociales, y uno de ellos se puede considerar sorprendente. Este fin de semana se han convocado en varios países manifestaciones contra las restricciones, contra la imposición del denominado «pasaporte covid» e, incluso, contra las vacunas. Buena parte de esas protestas han sido promovidas por organizaciones de extrema derecha, lo que invita a plantear la pregunta de si tiene ideología un asunto que, en puridad, es básicamente científico. A lo largo del año 2020, en Estados Unidos se dio la pintoresca circunstancia de que las mascarillas las utilizaban muy mayoritariamente los votantes del Partido Demócrata, mientras que eran rechazadas, sobre todo, por los del Partido Republicano. Pretender que una mascarilla sea de izquierdas o de derechas parecía absurdo, hasta que pudimos asistir a esta división política ante una cosa que te pones en la boca para protegerte de un virus maligno. ¿Ocurriría lo mismo con una aspirina? ¿Tomarse una pastilla para el dolor de cabeza es de izquierdas o de derechas? ¿Seguir la recomendación de un médico es progresista o reaccionario?

Hace pocas semanas, el diario The New York Times publicó un sondeo con estos resultados: se ha vacunado el 90% de los demócratas, mientras que solo lo ha hecho el 58% de los republicanos. Y otro dato revelador: se ha vacunado el 82% de los americanos con título universitario, mientras que aquellos con un nivel inferior de estudios han aceptado la vacuna en un 67%. Cuando esta pesadilla termine, los sociólogos van a tener mucho trabajo.