Vacunación

La pandemia, partido a partido

«Es imprescindible que nos cuidemos y cuidemos de los demás»

Esta semana se cumple un año de la primera vacuna contra el covid administrada en España. Cuando empezó 2021, todos confiábamos en que la calamidad sanitaria terminaría antes de que llegáramos a este final de año. Desgraciadamente, la realidad es mucho más dura de lo que podíamos imaginar y, desde luego, desear. Que estemos ya en estas fechas y suframos el peor momento de incidencia de los casi dos años de pandemia, es el alimento que engorda a quienes consideran que vivimos en medio de una conspiración planetaria que nos ha convertido en conejillos de indias de las grandes y malvadas farmacéuticas, aliadas con extraños y oscuros poderes económicos dispuestos a matarnos a todos para quedarse con el mundo ellos solos.

La realidad se entiende mucho mejor si se atiende a los datos y a los expertos. Y, sí, estamos en un periodo muy delicado, en el que la incidencia se eleva exponencialmente. Pero todos conocemos a personas contagiadas y hay pocos casos graves. La comparación del número de contagios con respecto a las hospitalizaciones demuestra que el virus es más débil, o estamos más protegidos de lo que estuvimos, o ambas circunstancias a un tiempo. Por desgracia, nadie ha podido inventar todavía el cervantino bálsamo de Fierabrás que cure cualquier dolencia, ni existe la famosa purga de Benito que provoque los efectos deseados antes, incluso, de tomarla. Porque, como bien se sabe, la Tierra no es plana.

Lamentablemente, toca tener paciencia otra vez. Algunos médicos son optimistas, y creen que quizá la variante ómicron esté provocando en estas semanas la última ola de la enfermedad. De ser así, estaríamos ante una magnífica noticia, en medio de una pésima noticia como es la pandemia, y quizá podríamos disfrutar de una primavera casi normal después de dos años de emergencia sanitaria y desastre económico. Pero los propios expertos nos advierten de que aún es demasiado pronto para asegurarlo. Entretanto, es imprescindible que nos cuidemos y cuidemos de los demás, más allá de que las medidas que adoptan (o dejan de adoptar) los dirigentes políticos sean acertadas. La filosofía del «partido a partido» no solo es útil en el fútbol.