Vicente Vallés

Los exámenes parciales

«Construir el relato es determinante en política, y ahora, una parte de ese relato lo van a escribir con su voto los castellanos y leoneses y los andaluces»

Se cumplen dos años del primer experimento de coalición en el gobierno central desde la Segunda República. El acuerdo lo firmaron, con la esperable solemnidad, los líderes del PSOE y de Unidas Podemos. Estrecharon sus manos, se abrazaron e hicieron lo mismo con sus colaboradores más cercanos. Hoy, aquel líder de UP que consiguió llevar a la izquierda populista hasta el gobierno, se dedica, según su propia definición, al «periodismo crítico». Y el chef que aliñó el pacto, y que era jefe del Gabinete de la presidencia del Gobierno, también ejerce labores de articulista.

El presidente no disfruta de sondeos alentadores, que le permitan augurar una segura y cómoda victoria cuando llegue el momento. Pero sí ha logrado solidificar su poder en circunstancias de gran dificultad, como las provocadas por la pandemia y por su efecto colateral: la compleja situación económica. Y Moncloa cuenta con la ventaja de que el botón electoral solo lo puede pulsar el presidente, y lo hará cuando considere que más le conviene. Puede alargar la legislatura dos años más, hasta su límite legal a finales de 2023, porque sus socios parlamentarios le han dado carta blanca al aprobar los presupuestos de 2022. Si lo necesita, los prorrogará. O, como alternativa, está en disposición de disolver las Cortes y convocarnos a las urnas en cualquier momento. Esa potestad de manejar los tiempos hace que el presidente pueda jugar con la tensión que genera en sus rivales.

Sin embargo, no todo está en su mano. Construir el relato es determinante en política, y ahora, una parte de ese relato lo van a escribir con su voto los castellanos y leoneses y los andaluces. Ya lo hicieron los madrileños el pasado mes de mayo, concediendo una amplia victoria al PP, provocando una intensa crisis de gobierno y la salida de la política del entonces vicepresidente segundo. En poco más de un mes, el próximo 13 de febrero, el gobierno de coalición se someterá a un nuevo examen parcial en Castilla y León, y más adelante en Andalucía. Es el sueño de Génova 13. Aunque en política, además de soñar, conviene acertar.