Alfonso Fernández Mañueco

En la granja de Mañueco (ia-ia-o)

Hay gente extrañada porque se hable de cerdos en campaña pues en España lo normal es que antes de votar se discuta de José Antonio Primo de Rivera

Hay gente extrañada porque se hable de cerdos en campaña pues en España lo normal es que antes de votar se discuta de José Antonio Primo de Rivera

Notas de campaña electoral en la granja de Mañueco (ia-ia-o). Durante uno de los actos de campaña, una mujer del PSOE reivindica que se repueble con niños “y no con cerdos”, que es lo que pretende el PP. Si hago las cuentas, no les gustan los cerdos, no les gusta el azúcar, no les gustan los coches, el diesel, las nucleares, los juguetes, la caza, ni los toros. Solo les gusta James Rhodes, así que pondrán una macrogranja para criar hasta cinco mil James Rhodes y sus cinco mil pianos, macroconcierto en la gasolinera de la Mudarra al paso de la caravana de los alegres chicos de Podemos. Ayer, el candidato morado, Pablo Fernández sostenía en los micrófonos de ‘La Brújula’ de Onda Cero que los ganaderos con los que había hablado apoyaban las políticas de Podemos que piden que se reduzca el consumo de carne. En su mundo, les aclaman los pasteleros, los ganaderos y los fabricantes de juguetes.

En ‘De re coquinaria’, Marco Gavio Apicio recogía la receta del lechón de Segovia en el siglo I: cocer con higos secos y tres hojas de laurel. Horacio se consideraba a sí mismo “un cerdo de la piara de Epicuro”. Desde Roma, al cerdo les recelan los frugales, los envidiosos, los puritanos y los que están a régimen.

A mí me gustan los cerdos porque son animales concebidos contra la tristeza, la miseria y el hambre. Más gorrinos y menos Laclau, me digo. Ojalá los poetas cantaran más a los cerdos y menos a las rosas, que están muy vistas. “Mira, platero, qué de cerdos caen por todas partes. Cerdos rosas, negros y sin color. Diríase que el cielo se deshace en cerdos. Mira cómo se me llenan de cerdos la frente, los hombros, las manos... ¿Qué haré yo con tantos cerdos?”

Hay gente extrañada porque se hable de cerdos en campaña pues en España lo normal es que antes de votar se discuta de José Antonio Primo de Rivera, de Greta Thunberg, de mandar sobres con balas y en general de 1936. Para mucha gente de la ciudad, el campo es un sitio que huele mal y por eso opinan del asunto con recelo, como si fueran a pisar una caca.