Política
Dilema socialista castellano leonés
Fernández Mañueco, alejado de guerras fratricidas Génova-Sol, está rentabilizando como nadie un descontento del sector ganadero
Lo podríamos llamar el dilema de Tudanca, que es el candidato a presidir la Junta castellano-leonesa desde la fuerza todavía hoy más votada en esa comunidad, pero también el dilema de Sánchez. Casi sin proponérselo –porque sus declaraciones en “The Guardian” poniendo en cuestión una buena parte de los intereses ganaderos nacionales no presagiaban, más allá de otra recurrente polémica, el movimiento sísmico registrado en nuestra política– Alberto Garzón se ha convertido no solo en el vértice de una inoportuna por inesperada nueva crisis entre los socios del gobierno, sino en algo tal vez mucho más importante como es el condicionamiento de toda una campaña electoral en Castilla León, que tan solo hace tres semanas se planteaba por parte de las formaciones políticas con muy distintos hilos argumentales. La polémica suscitada por Garzón deja renqueando las aspiraciones socialistas por asaltar el gobierno de la autonomía y de momento –con los datos manejados en Ferraz– con dos puntos porcentuales por debajo de la previsión que marcaban las expectativas para este punto de la precampaña. El popular Fernández Mañueco, alejado de guerras fratricidas Génova-Sol, está rentabilizando como nadie un descontento del sector ganadero cuya bandera queda aparejada a las siglas del PP visto el desgaste socialista por su ambigüedad ante la polémica, pero dándose la circunstancia paralela de que, en el polo político opuesto, es Podemos quien le ha arrebatado claramente al PSOE la siempre atrayente bandera «verde». Ya saben, esa con la que trata de hacerse en los tiempos que corren cualquier izquierda que se precie.
El dilema de Luis Tudanca pasa por un ministro de Consumo al que el presidente podría cesar orgánicamente pero no políticamente, lo cual hace saltar por los aires una buena parte de su plan de campaña incapaz de dar respuestas al molesto sector ganadero y pasa al mismo tiempo por la incapacidad para seguir al pie de la letra lo gritado a los cuatro vientos por el ultimo congreso federal del PSOE a propósito de un modelo productivo más sostenible en defensa del medio ambiente, porque ese relato –gracias a Garzón– lo esta ganando claramente una formación morada que podría ver en Castilla y León el primer punto de inflexión hacia una paulatina remontada tras la marcha de Iglesias y la llegada una Yolanda Díaz cuyo papel por cierto está por ver en esta campaña…esa es otra historia, pero no se la pierdan.
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