Medio Ambiente

Armas PEM: cómo enviar un país al siglo XIX en segundos

Cuando el Gobierno austriaco, y después el alemán y el suizo, comenzaron a concienciar a la población sobre un posible “gran apagón”, la mayoría entendió que se trataría de un colapso eléctrico. Quienes llevan tiempo analizando tal eventualidad, aseguran que el apagón será digital, siendo igualmente grave, pues todo dejaría de funcionar. Un caos de ese tipo puede ser producido por ciberataques de guerra híbrida e incluso por armas sónicas o de microondas, pero sobre todo por los denominados sistemas de pulso electromagnético (PEM), que en cuestión de segundos son capaces de enviar un continente entero al siglo XIX, cegando por completo el espectro radioeléctrico e infraestructuras vitales, y provocando el caos en la mayoría de las grandes ciudades.

Y es que dejarían de funcionar la TV, la radio y las redes sociales, por lo que estaríamos aislados y sin información sobre lo que ocurre. En pocos minutos todo se habría arruinado, los teléfonos móviles e incluso el agua corriente, dado su control digital. Y por supuesto empresas, hospitales y bancos, con la excepción de aquellos que estén protegidos por las denominadas “jaulas de Faraday”.

Al sistema PEM se le denomina también “bomba Arco Iris”. Es dudoso que algún país lograra sobrevivir a una situación así, pues no se conoce defensa eficaz.

Para su ejecución sólo se requiere un artefacto termonuclear intermedio y un cohete capaz de elevarlo a una altura superior a 300 km sobre el área objetivo, provocando el fallo simultáneo de millones de equipos sin posibilidad de repararlos, puesto que los repuestos se hallarían igualmente averiados. Los aparatos digitales modernos perecen inevitablemente en presencia de pulsos PEM.

Todas las grandes potencias nucleares han incorporado a su arsenal este tipo de sistemas, particularmente Estados Unidos, China y, por supuesto, Rusia.