Rusia

Una guerra interminable

Desafortunadamente, no cabe descartar que se produzca, en pocos días, en el territorio ucraniano un enfrentamiento bélico de gran envergadura. Durante semanas, éste viene siendo el escenario que dibujan y perfilan algunas de las partes más implicadas en la confrontación. Desde luego, los países occidentales, con el presidente de Estados Unidos a la cabeza, insisten una y otra vez en que la invasión militar de Ucrania por parte de Rusia es inminente. Además, muchas de las señales que se observan y de las decisiones que se van adoptando caminan en esta dirección, como la evacuación de civiles de la zona de Donbás o la masiva concentración de tropas rusas en la frontera. Con independencia de lo que finalmente acontezca, lo cierto es que desde la anexión de Crimea en 2014, Ucrania vive en un estado permanente de confrontación y siempre bajo la nítida amenaza de la secesión de algunas de las zonas del oriente del país. Es sumamente probable que, una vez se supere la situación actual con uno u otro rumbo, permanezcan los principales componentes que definen las discrepancias entre las autoridades de Kiev y Moscú y que, asimismo, siga existiendo la tensión que con altibajos se viene produciendo desde hace tiempo. Los dirigentes moscovitas no quieren abandonar el tablero geopolítico que proporciona Ucrania y, por la otra parte, Estados Unidos y la UE han llegado a la conclusión de que la mayor parte de Ucrania debería permanecer bajo la órbita occidental. El destino de Ucrania parece que está escrito, al menos en algunas de sus líneas primordiales. La separación de una parte de su territorio parece inminente y, con ello, la quiebra de su integridad territorial. Casi con toda seguridad, ésta será la primera y más grave consecuencia a largo plazo de esta guerra interminable.