Opinión

Tampoco nos pongamos sentimentales

Iglesias advierte de que no demos una visión romántica de la resistencia ucrania. La guerra está retratando a la izquierda

Notas del martes uno de marzo, día y mes de la guerra. Calor y bombas de vacío. Si posas la oreja en las aceras de España, se escucha el convoy que se acerca a Kiev como la caracola del mar, pero al revés, como un ciempiés de muerte.

Los países de Europa va a enviar armas a Ucrania salvo España, que mandará ayuda humanitaria, a las pandereteiras y una cinta de James Rhodes. El sanchismo teme más a Yolanda Díaz que a Vladimir Putin. A su lado, Don Josep Borrell en el Parlamento Europeo ya parece Winston Churchill.

Mientras tanto, Bildu e Izquierda Unida se han negado en Europa a condenar la invasión de Putin. Primero vino Arnaldo Otegi dando lecciones acerca de la vía pacífica de resolver los problemas. La guerra retrata a la izquierda con pincel postimpresionista. A Pablo Iglesias parece que lo ha pintado Paul Gauguin. El líder de Podemos en la sombra pide que no ofrezcamos a la sociedad una visión romántica de la resistencia de los ucranios, pues cuando un hombre mayor se dispone a luchar contra un ejército entrenado, lo que se viene, dice, es una tragedia. Una tragedia es un suceso luctuoso fruto de la suerte. Un qué le vamos a hacer. Te viene la riada o te invaden el país, te rompen la casa, te matan al hijo y te bombardean con misiles un poco como cuando te cae una teja. Podemos te vendía guillotinas para poner en Sol y ahora advierte de que hay que tener cuidado con el heroísmo.

No es fácil estar siempre en el lado más miserable de la historia, pero se puede conseguir si uno se esfuerza. A Iglesias le emocionaba aquel manifestante de Madrid que pateaba la cabeza de un policía nacional en el suelo. Ahora aconseja que no nos pongamos sentimentales con un chico ucraniano que deja a su mujer y sus hijos en la frontera y parte al frente para defender Kiev sin haber pegado un tiro en su vida.

Los héroes según Iglesias eran un poco como todo. Ahora que me acuerdo, para Podemos, en España ayer eras un héroe por dar de comer a los gatos. La revolución era cantarle a la teta en el Festival de Beniform y cobrar cuatro mil pavos al mes en el congreso con coche oficial y dietas de desplazamiento. El chalé en La Navata con un seto de dos metros, tinaja en la piscina, segadora eléctrica, mucama del ministerio de Igualdad y dos policías en la puerta simbolizaba la famosa libertad de los pueblos oprimidos. Pero si sales a parar un tanque con un cóctel molotov, dicen que eres bobo.