Juan Carlos I de España
La carta de SM el Rey emérito, Juan Carlos I
Mediante un comunicado de la Casa de SM el Rey Felipe VI, se hace pública la carta que su padre el Rey emérito Juan Carlos I le ha dirigido, y satisface su deseo de publicidad, que sometía a la voluntad de su Hijo el Rey. Su contenido trasluce humildad, así como el dolor que le produce su actual situación al tiempo que «lamenta el daño provocado por los acontecimientos pasados de su vida privada». Estas frases condensan sus sentimientos en esta etapa de su vida, que él desea vivir con serenidad y tranquilidad, aunque de momento siga residiendo en Abu Dabi pero ya contemplando realizar visitas a España para saludar a familiares y amigos, en un ambiente de privacidad alejado de la vida pública que ya dio por concluida en 2019. La carta trae causa, como se expresa en la misma, de haber sido archivadas por la Fiscalía General del Estado todas las investigaciones de las que ha sido objeto. Así las cosas, parece llegado el momento de «normalizar» la situación en la que se encuentra quien ha ostentado la Jefatura del Estado durante 39 años, asumiendo todos los poderes de los que gozaba Franco al sucederle, para renunciar a ellos en aras de posibilitar la transición a un régimen político democrático con una Constitución, justamente denominada también como de la «Concordia». «Normalizar» su situación significa que viva el tiempo que Dios le tenga concedido–y si es su deseo–, en su Patria, rodeado del cariño y afecto de sus seres queridos a los que se unirán sin duda no pocos españoles que, pese a sus debilidades humanas, le reconocen una vida dedicada a su servicio. Si ha sido exonerado de responsabilidad por la justicia humana, ya ha expiado sobradamente cualquier otra que se le pudiera reclamar desde la ejemplaridad pública, con su abdicación primero en 2014, y con su voluntario exilio posterior desde 2020. Enfrente, enemigos suyos que lo son de España apoyan a Sánchez que lidera las críticas de quienes aprueban que indulte a golpistas sin arrepentimiento alguno y contra el criterio unánime del Tribunal Supremo, o que excarcele a terroristas etarras que son recibidos impunemente entre vítores cual héroes del crimen en sus localidades de origen. No le perdonan, sobre todo, la labor realizada y que ha permitido restaurar la Monarquía parlamentaria como nuestra forma de Estado que garantiza la estabilidad institucional. Al consolidarla, tras 39 años de ejercicio de su elevada responsabilidad institucional, ha hecho posible la sucesión a su hijo el Rey Felipe VI con toda normalidad y en paz. Por todo ello: ¡Muchas gracias, Señor!
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