Hacienda
Bolsillo frívolo y pacato
Lo de los sabios tiene la virtud de indicar por dónde va a ir la propaganda con la que el pueblo será machacado sin cesar por las autoridades y sus partidarios.
La izquierda lamenta que la gente se queje de los impuestos. El presidente del comité de sabios de la subida fiscal, el profesor Ruiz-Huerta, aseguró que le parecía una lamentable frivolidad: «Vivimos en países en donde a través de pactos hemos decidido que haya un sector público que cubra determinados servicios y por lo tanto el dinero está mejor donde se ocupe mejor. Y en el sector público hay muchas actividades que son necesarias para los ciudadanos».
Da por sentado que el Estado es fruto de un pacto social, noción particularmente vidriosa en este aspecto, como si el pueblo hubiese decidido pagar unos impuestos que está claro que no quiere pagar.
Ruiz-Huerta, en declaraciones al diario «El País», afirma estar muy incómodo ante «esa visión tan pacata de subir o bajar impuestos. Mire usted, no es eso. Consiste en ver cuáles son las necesidades de gasto, cómo las podemos financiar y cómo garantizamos que todo el mundo participe en función de su capacidad económica. Lo que está implícitamente en nuestro trabajo es el deseo de repartir el coste entre todos de una manera más sensata».
Es una cuestión de sensatez a la hora de repartir la presión fiscal, nada más. El error es patente, porque Ruiz-Huerta vuelve a subrayar el tema de las necesidades. Así como habló de «actividades que son necesarias», ahora apunta a «las necesidades de gasto». En otras palabras, parece que la población tiene necesidades que el Estado ha de cuidar, pero entre esas necesidades nunca figura la necesidad de conservar lo que es suyo. Eso no cuenta, es frívolo y pacato.
El Gobierno, que es malo pero no imbécil, se ha apresurado a desmentir que vaya a subir (más) los impuestos. Ahora bien, lo de los sabios tiene la virtud de indicar por dónde va a ir la propaganda con la que el pueblo será machacado sin cesar por las autoridades y sus partidarios. Así, se nos insistirá en las demandas que tenemos para que el Estado crezca, desde la emergencia climática hasta la lucha contra las desigualdades, etc. Se dirá que el Estado tendrá que subir los impuestos, pero siempre «compensando» a los más pobres. Se demonizará sin descanso a Díaz Ayuso. Y se repetirá que conviene «abrir un gran debate» sobre cuál es el sistema tributario que «queremos y necesitamos».
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