Carles Puigdemont

Fotoputin

Pobre Puigdemont, creyó que gritando ¡Viva Rusia!, como el guion inédito de Berlanga y Azcona, llegaría a las puertas de la independencia

Ahora andan borrándose de las fotos, como Stalin hizo con Lenin y muchos jerifaltes españoles con Franco, pero el indeseable ahora es Putin. Pobre Puigdemont, creyó que gritando ¡Viva Rusia!, como el guion inédito de Berlanga y Azcona, llegaría a las puertas de la independencia, y, sin embargo, resultaría mejor tener un retrato con Don Juan Carlos, tanto que dicen, que con Putin. La fotoputin es el nuevo anatema, aparten de mí este cáliz que tomé en Ginebra, ¿O era con Ginebra?, de cuando Puigdemont hacía caiditas españolas con los espías de Moscú. Se veía ya dorado a las puertas de la Generalitat. El oro que, digamos, expulsó el moro, que no hace falta ser tan escatológico a esta hora de la mañana, y uno no sabe cuándo me leen ustedes si es que lo hacen, y si es tomando churros o un donuts o pan tostado con aceite de oliva que es mi magdalena de Proust. El hombre sentado frotando al bies el pan con el aceite.

Vale que lo de Rajoy y Soraya de cuando el 1-O fue de Mortadelo pero lo de Puigdemont que, a decir del mismo Rufián, creyó que vivía en una película de James Bond, es de Filemón, con lo que se unen las dos Españas, la de Mortadelo y la de Filemón, y el jefe, que es la Unión Europea. Zelenski y sus compatriotas están sufriendo por querer ser parte de la OTAN y de la Unión Europea y el quinto beatle de Cataluña quería salir, tener su propio ejército, como si emanciparse fuera coger una casita a las afueras y pagarla a plazos.

Hay que armarse hasta los dietes, explicar, y convencer, de que el ministerio de Defensa es más importante que el de Igualdad y sus 20.000 millones, porque la bombas nos discriminan si el pobre que está en su diana es un hombre o una mujer, entre otras cosas porque en las guerras ya no somos hombres o mujeres sino un batallón lacio que no alcanzó a rizarse el flequillo. Así que sin rizar el rizo les digo que cojan sus videojuegos como si fueran de verdad. Solo hay que apretar un botón. Putin, maldito, aún es mejor que los apóstoles que, como Pedro, ahora reniegan de él.