Rey Emérito
Juan Carlos I: «España, siempre en el corazón»
«Don Juan Carlos residirá en Abu Dabi, pero viajará a España y más adelante aquí fijará su residencia»
«Volveré con frecuencia a España, a la que siempre llevo en el corazón», escribió el Rey padre a su hijo Felipe VI, en una admirable carta que condensa el espíritu de su vida entregada al servicio del pueblo español. Don Juan Carlos recibió del dictador Franco todos los poderes y a todos renunció para hacer viable en España la democracia pluralista plena, cumpliendo así con el propósito de su padre Juan III de devolver al pueblo la soberanía nacional secuestrada en 1939 por el Ejército vencedor de la guerra incivil.
Don Juan Carlos ha padecido una descomunal campaña de desprestigio, dirigida en el fondo contra su hijo. Los inspiradores de la tropelía pretendían que Felipe VI saltara en defensa de su padre, instalando a la Monarquía en el debate político. El Rey tuvo la prudencia y el acierto de no embestir la muleta que la extrema izquierda comunista le tendía, manteniendo la neutralidad de la Institución y desbaratando una maniobra que aspiraba a introducir en España una República al estilo venezolano o cubano.
Claro que Don Juan Carlos quería regresar a su casa, al Palacio de la Zarzuela, donde ha vivido sesenta años, pero, ante la miserable actitud de ciertos sectores de la política sanchista, ha decidido continuar residiendo en Abu Dabi y viajar con frecuencia a España que es su patria a la que adora. Y si un día decide residir aquí, para que nadie pueda poner trabas, lo hará en una residencia privada. No se puede pedir mayor generosidad, la de este Rey que lo tuvo todo y que por amor a España lo cedió todo. Los historiadores más solventes y prestigiosos consideran que Juan Carlos I ha encarnado uno de los cuatro grandes reinados de la Historia de España junto a los de Carlos I, Felipe II y Carlos III. Y en la carta que dirigió a su hijo, expresa su lealtad al Rey y demuestra una vez más su invariable posición de servir a España y al bien común del pueblo español. Conviene resaltar, en fin, que la Justicia suiza, la más independiente de Europa, y la Justicia española, a pesar de la fiscal general, le han exonerado de las insidias contra él vertidas, magnificadas hasta la náusea por algunos medios de comunicación.
Luis María Anson, de la Real Academia Española
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