Cultura
Español, al habla
Una lengua es, efectivamente, un tesoro en todos los sentidos, empezando por el literalmente económico, dado su impulso a la reducción de costes y la extensión de los mercados
El idioma español no es el más hablado en el mundo, pero sí es uno de los más importantes. Si consideramos el número de quienes lo hablamos como nativos, es decir, habiéndolo aprendido en nuestra familia, somos casi 500 millones, con lo que solo gana al español el chino mandarín.
Uno de los grandes expertos en el estudio de la importancia de nuestro idioma, el profesor y académico José Luis García Delgado, ha dirigido a un grupo de especialistas en un valioso volumen de reciente publicación: «El español, lengua internacional: proyección y economía», publicado por Thomson Reuters y la Universidad Nebrija.
Los enfoques de los autores son múltiples, desde los flujos migratorios de hispanohablantes hacia Europa o Estados Unidos hasta el papel de la lengua castellana en la internacionalización de la cultura, la economía, el mercado de trabajo, la empresa, el comercio y las inversiones.
Una lengua es, efectivamente, un tesoro en todos los sentidos, empezando por el literalmente económico, dado su impulso a la reducción de costes y la extensión de los mercados.
Llena de oportunidades, la expansión del idioma español afronta también desafíos en «la babel de la globalización», como la llaman Emilio Lamo de Espinos y Ángel Badillo. Pensemos, por ejemplo, en la notable penetración de los hispanohablantes en Estados Unidos. La nueva versión de Spielberg del clásico «West Side Story» no dobló ni subtituló los diálogos en español, lo que fue objeto de alguna polémica, que el afamado director zanjó alegando que lo hizo por respeto. Después de todo, los hispanohablantes llegarán pronto a ser el 20 por ciento de la población estadounidense, y tienen, además, mayor competencia lingüística en español que los no nativos que lo hablan en Europa. Sin embargo, este peso se puede perder con el paso de las generaciones.
Otro gran desafío es que el español, siendo una relevante lengua internacional, no es una «lingua franca», título que hoy ostenta el inglés.
Un volumen interesante y oportuno, en suma, que aprovecha la celebración del V centenario de la muerte del gran humanista Antonio de Nebrija, autor de la célebre «Gramática de la lengua castellana», publicada, nada menos, en 1492. Sobre las vicisitudes en ese «annus mirabilis» escribe unas luminosas páginas el profesor Antonio-Miguel Bernal, con sabias advertencias contra la manipulación política del lenguaje.
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