Guerra en Ucrania

Encontrar el camino para el fin de hostilidades en Ucrania

Henry Kissinger allá por el año 1994, y algún otro diplomático norteamericano posteriormente, recomendaba que para asegurar la paz de Europa, Ucrania y Georgia debían optar por la neutralidad

Desde la crisis de los misiles soviéticos en Cuba en 1962, provocada por el despliegue de misiles Pershing de los EEUU en Turquía, no se había producido un conflicto de las dimensiones del que está sufriendo Ucrania y, por sus consecuencias económicas, toda Europa. En el pasado reciente ha habido intervenciones armadas de Occidente en lugares como Serbia, Iraq, Afganistán, Siria, Libia y también en Malí. En las citadas también estuvieron involucradas potencias nucleares como los EEUU, Reino Unido o Francia, pero no hubo respuesta por parte de Rusia. Salvo en Siria, tradicional aliado, en donde tomó cartas en el asunto ante la inacción occidental.

Vladimir Putin es sin lugar a dudas el responsable de iniciar la guerra de agresión contra Ucrania, colocándose fuera de la legalidad internacional, y de todo el dolor, destrucción, muerte, sufrimiento, desplazamiento de población que está sufriendo Ucrania. Sin embargo, ¿es el único responsable? La gestión de esta crisis en Ucrania, empezó en 2014, es decir hace 8 años, ha habido suficiente tiempo para evitarla.

Si nos vamos al origen remoto del conflicto, no estuvo especialmente acertado George W. Bush en la cumbre de la Alianza en Bucarest en abril de 2008 cuando anunció que Ucrania y Georgia llegarían a ser miembros de la Alianza, en contra de la opinión de su Secretario de Defensa Gates. Putin reaccionó indicando que, si Ucrania ingresaba en la OTAN, lo haría «sin Crimea y sin las regiones orientales de Ucrania». Regiones afectadas por el conflicto 14 años después.

Desde luego Ucrania y Georgia son estados soberanos y pueden elegir cómo gestionar su seguridad y defensa, no hay ninguna duda. Pero en esa elección puede haber tres opciones: Ingresar en la OTAN, ingresar en la OTSC, u optar por la neutralidad con garantías de seguridad de las dos organizaciones o de sus naciones líder, los EEUU y Rusia respectivamente.

Henry Kissinger allá por el año 1994, y algún otro diplomático norteamericano posteriormente, recomendaba que para asegurar la paz y estabilidad de Europa, Ucrania y también Georgia debían optar por la neutralidad. La razón principal es que en Seguridad no hay «suma cero». En Seguridad «todos» los actores involucrados deben estar razonablemente satisfechos con las condiciones de seguridad establecidas.

A pesar de todo, las hostilidades comenzaron en febrero de 2014 cuando en una insurrección popular el presidente Yanucovych, legalmente elegido pero cercano a Rusia, tuvo que abandonar el país. De inmediato se produjo una guerra civil en las dos Repúblicas del Donbas, Donetz y Lugansk, en el Este de Ucrania, con apoyo ruso y la declaración de la Duma Rusa que anulaba la del Soviet Supremo en 1954 por la que Kruschev regaló Crimea a Ucrania. En consecuencia, se produjo la anexión de la península a Rusia. Gracias a la intervención de Alemania y Francia, nótese que no participan ni la OTAN, ni la UE, ni los EEUU, ni la OSCE, en 2015 se firman los acuerdos de Minsk para el cese de hostilidades. Sin embargo, nunca se llegaron a cumplir.

En diciembre de 2017 los EEUU decidieron vender armas «defensivas» a Ucrania, sin duda para poder emplearlas en el Donbas. Otros aliados también enviaron armas a Ucrania y permitieron participar a unidades ucranianas en ejercicios militares aliados aéreos y navales. La tensión creada con Rusia por todo ello, que consideraba «de facto» a Ucrania miembro de OTAN, desembocó en marzo y abril de 2021 en un despliegue preventivo de tropas rusas en la frontera con Ucrania al que la OTAN respondió en junio con un ejercicio naval y anfibio co-dirigido por los EEUU y Ucrania en el Mar Negro que agrupó a fuerzas navales de 32 países (Operación «Sea Breeze»).

En noviembre del año 2021 los presidentes de EEUU y Ucrania firmaron un acuerdo por el que este país se comprometía a realizar las profundas y completas reformas necesarias para integrarse en las instituciones europeas, la UE, y las Euro-Atlánticas, la OTAN, acuerdo que toma como base la decisión tomada en la Cumbre de la OTAN en Bucarest en 2008.

A petición de Rusia, un mes después, en diciembre de 2021 tuvieron lugar unas negociaciones entre Rusia y los EEUU en las que Putin exigía unas garantías de seguridad, entre ellas, la principal, que Ucrania no entrara en la OTAN y que se mantuviera como país neutral. Las negociaciones fracasaron y Putin lanzó, después de los Juegos de Invierno en China, el 24 de febrero, la invasión de Ucrania. Entender las causas del conflicto es la única forma de encontrar el camino de su fin y evitar que se repita.

Luis Feliu Bernárdez, es General de Brigada (r)