Pedro Sánchez

Lo que veremos y no

La política exterior de Sánchez es, de momento, una de las áreas que más confusión está generando. En cuatro años, ha cambiado tres veces de ministro de Exteriores

Hoy veremos colas interminables de coches repostando por toda España, aprovechando esos 20 céntimos que nos van a empezar a descontar por litro de combustible. Tal y como se está poniendo la vida de imposible, menos da una piedra. Averiguaremos también si cierran todas esas estaciones de servicio familiares, autónomos que no pueden permitirse rebajar tal importe a sus clientes. Con la que está cayendo sus argumentos se comprenden, a pesar de que Hacienda esté dispuesta a adelantarles dinero a partir del lunes que viene. La ayuda al consumidor de carburante, en todo caso, se ha gestionado apresuradamente y de forma caótica. «Hacienda no nos coge el teléfono, a pesar de lo que han anunciado»; eso explica –mientras te escribo– la patronal de las estaciones de servicio.

Hoy veremos juntos, que no revueltos, al pasado, presente y futuro del Partido Popular. Sevilla despejará incógnitas, aun sabiendo ya quién liderará el partido y quién será su secretaria general. Con la elección de Cuca Gamarra, Feijóo parece transmitirnos que, aparte de incorporar al nuevo núcleo duro de Génova a personas de su total confianza, venidas de la Xunta, pretende empezar a caminar integrando a políticos del pasado reciente e incluso remoto del PP, a ser posible con un conocimiento profundo de las «familias» populares. Se trata, nada más y nada menos, de sacar al principal partido de la oposición de su desesperanza, de intentar reconstruirlo tras la hecatombe de la era Casado-Egea en una transición que el gallego pretende asumir de forma tranquila. Generará expectación lo que sugieran al respecto, en ese Congreso sevillano, los ex presidentes Aznar y Rajoy y, sobre todo, Pablo Casado frente a todos ellos.

Lo que hoy, seguro, no veremos, es una delegación española en Rabat. Nos explican que es para bien. La semana que viene será el propio Pedro Sánchez quien se entreviste con Mohamed Sexto en Marruecos.

Está por verse si el cambio radical del PSOE sobre el Sáhara y la urgente invitación de la realeza alauí a Sánchez forman parte de una negociación bilateral que implique ciertas seguridades: un mayor control migratorio por parte de Marruecos y, por supuesto, el compromiso de nuestro vecino a respetar la integridad de Ceuta, Melilla y Canarias.

La política exterior de Sánchez es, de momento, una de las áreas que más confusión está generando. En cuatro años, ha cambiado tres veces de ministro de Exteriores. Los últimos cambios de guion han agitado nuestras relaciones diplomáticas. De ser neutrales con Marruecos y Argelia, hemos pasado a abrazar al vecino próximo y a enfurecer al que nos dispensa el gas. Eso, sin mencionar la traición al pueblo saharaui. Me temo que EEUU y la terrible invasión de Ucrania tienen la culpa de esta nueva política de Estado. Hoy tampoco veremos el fin de los bombardeos. Veremos nieve en primavera.