Elecciones

La mayoría de los electores no quiere aventuras a la hora de votar

El 74,1% de los ciudadanos tenía decidido su voto antes de la campaña electoral de las últimas elecciones generales de 2019

Lorente Ferrer

Los dos últimos procesos electorales vividos en España, las elecciones autonómicas anticipadas en la Comunidad de Madrid, celebradas el 4 de mayo de 2021, y las de Castilla y León, que tuvieron lugar el 13 de febrero de este año, son ejemplos paradigmáticos del diferente comportamiento participativo de la ciudadanía.

Desde el minuto uno, en la Comunidad de Madrid el electorado del Partido Popular estuvo movilizado para expresar mediante su voto masivo el respaldo a un adelanto electoral que se percibió mayoritariamente como justificado. Sin embargo, el anticipo electoral en Castilla y León no tuvo la complicidad del votante popular castellano y leonés. Prueba de ello es, por un lado, el importante crecimiento del PP y la contención de VOX en Madrid, y por otro lado, el estancamiento de los populares y el crecimiento del partido de Abascal en Castilla y León. Las consecuencias han sido también distintas, Isabel Díaz Ayuso gobierna en solitario, mientras que Alfonso Fernández Mañueco ha tenido que formar un gobierno de coalición con VOX.

Radiografía del voto
Radiografía del votoTeresa Gallardo

Tras la victoria de Ayuso el año pasado, se empezó a valorar la posibilidad de adelantos electorales en Castilla y León y en Andalucía. Los sondeos indicaban que los votantes del PP preferían en estas dos comunidades agotar la legislatura, en el primer caso y en el segundo aceptarían un anticipo electoral si la acción del gobierno autonómico pudiera bloquearse.

Así, se fue a las urnas el 13-F en Castilla y León sabiendo que buena parte de los votantes del PP no entendían la maniobra. El resultado fue que los populares bajaron de 433.905 a 382.157 votos mientras que VOX crecía de 75.731 a 214.668 sufragios. Todo lo contrario de lo que sucedió 9 meses antes en la Comunidad de Madrid, en la que el PP pasó de 719.852 votantes a 1.631.608, y los de Abascal pasaron de 287.667 a 333.403 votos, lo que supuso un crecimiento espectacular del PP y un avance moderado de VOX.

Las encuestas previas al anuncio de disolución del Parlamento de Andalucía nos mostraban una gran sintonía entre el electorado del PP andaluz y el presidente Juanma Moreno. En este caso, sí iban a seguir al partido en su adelanto electoral, que juzgan como correcto. Tras la convocatoria, los sondeos ratifican un gran crecimiento del PP andaluz, similar al de la Comunidad de Madrid en mayo de 2021, y una contención de VOX.

Tres cuartas partes de los ciudadanos tenían decidido su voto incluso antes de comenzar la campaña electoral. Son los datos del amplio estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tras las elecciones generales de noviembre de 2019, concretamente el 74,1%. No obstante, la importancia de la campaña electoral queda demostrada porque el 20,2% de los ciudadanos se decide su voto durante las dos últimas semanas; el 9,8% al inicio de la campaña y el 10,4% en los últimos días previos a la jornada de reflexión. Tan solo un 5,5% de los votantes espera al mismo día de la jornada electoral.

Otro elemento importante en cualquier proceso electoral es la publicación de encuestas durante la campaña en las que se hace un sondeo sobre la intención de voto. En éstas, el 54,7% de los españoles afirma que conoció datos de sondeos, mientras que por el contario el 45,2% manifiesta que no. Esto queda reflejado en que, respecto a la influencia de las encuestas en la decisión final de voto, esta es limitada, pues solo el 9,9% del 54,7% de los que accedió a datos de estudios demoscópicos, reconoce que en buena medida tuvo en cuenta esta información para decidir su voto.

Por otra parte, en cuanto al seguimiento que hacen los españoles durante la campaña, solo el 42,3% afirma haber visto en televisión o escuchado en la radio debates electorales o entrevistas a candidatos. Aún fueron menos, el 39,0%, los que vieron o escucharon espacios de propaganda electoral y se reduce al 33,9% aquellos que leyeron o echaron un vistazo a folletos o programas.

Finalmente, la asistencia a reuniones o mítines de partido fue muy testimonial, alcanzando tan solo al 4,5% de los votantes. Igualmente, los que participan de forma activa en la campaña electoral, como voluntarios de los distintos partidos o coaliciones, únicamente representan un reducido 1,6% de los ciudadanos.