Economía

No quisiera recaudarte, pero te recaudo

Al ciudadano, no solo al opulento, le convendrían unos impuestos menores. Al Gobierno, evidentemente, no

Parafraseando la famosa canción de Horacio Guarany, el Gobierno no quiere arrebatarnos lo que es nuestro, pero lo hace.

Con unos titulares particularmente deliciosos, informó «El País» a sus lectores: «El Gobierno prevé recaudar 80.000 millones más entre 2021 y 2023. Los ingresos tributarios crecen al mayor ritmo de la serie histórica, pese a bajar impuestos». ¿Lo ve, señora? Los progresistas no quieren quitarle a usted el dinero, pero se lo quitan.

Warren Sánchez y sus secuaces son capaces de todo, por amor al pueblo: el Gobierno «consigue bajar el déficit sin subir impuestos a la vez que aumentan los desembolsos. Eso sí, el gasto siempre crece menos que la recaudación. De esta forma, según informa a Bruselas, logrará sanear las cuentas públicas sin ajustes». Unos genios, ¿no es verdad?

Pues no, no es verdad, salvo en su destreza propagandística. En lo demás, es un camelo.

De entrada, por supuesto que el Gobierno quiere quedarse con su dinero de usted, y por supuesto que no baja los impuestos, sino al contrario: agita el señuelo de la reducción fiscal en la luz, que resulta muy inferior al incremento en los ingresos por la subida de la inflación, que llena las arcas de Hacienda por su impacto recaudatorio en el IVA y en el IRPF. El Gobierno específicamente se ha negado a deflactar la tarifa de este último, porque lo que quiere, repito, es quitarle a usted más dinero, no menos.

Para colmo, la situación es gradualmente más insostenible para los contribuyentes, al menos por dos motivos. De una parte, amenaza la reforma fiscal el año próximo: las autoridades alegarán, otra vez, que los rejonazos no son culpa suya sino de Europa, a cambio de sus ayudas, pero usted pagará más; y, de otra parte, la irresponsabilidad demagógica de Warren & Cía. se traduce en que aumenta el gasto público, el déficit sigue siendo elevado, igual que la deuda, con lo cual un eventual freno en la actividad económica desequilibrará las cuentas aún más, con obvio riesgo para el contribuyente.

Editorializó «Expansión» subrayando que «es urgente moderar la creciente presión fiscal que soportan familias y empresas por efecto de la inflación; se resiste el Ejecutivo con el argumento falaz de que sólo beneficiaría a los ricos». Efectivamente, al ciudadano, no solo al opulento, le convendrían unos impuestos menores. Al Gobierno, evidentemente, no.