Tomás Gómez

Y ahora, Argelia

Sánchez pierde votos para el Partido Socialista y da un cheque a Feijóo y a Vox

Los problemas se acumulan en Moncloa. Bolaños ha sido llamado a declarar como testigo ante el juez del caso Pegasus. Si la citación está relacionada con haber sido quién informó acerca del espionaje al Presidente del Gobierno a través de una rueda de prensa o si, por el contrario, es llamado a dar otras explicaciones después de la comparecencia en la misma sede de la ex directora del CNI, lo sabremos pronto.

Hay que recordar que Paz Esteban fue destituida por el “grave fallo en la seguridad” que suponía el espionaje de varios ministros. Ante el juez, no dudo en apuntar a Bolaños como responsable de la seguridad de los móviles del Gobierno.

La decisión del juez no es una cuestión menor. El interrogatorio al que se someterá el ministro de la Presidencia parece apuntar en la línea de centrar en su gestión el asunto.

En su momento, la controversia estuvo servida entre Bolaños y Robles. El hombre de confianza de Sánchez aprovechó la coyuntura para debilitar a la titular de Defensa. Los independentistas atacaron a la ministra y, finalmente, pagó el pato el CNI con la salida de Esteban.

Pero si, finalmente el fallo fue de Presidencia y no del servicio de inteligencia, se puede abrir, nuevamente, el melón de las dimisiones.

El segundo asunto delicado al que se enfrenta Sánchez, es la crisis diplomática con Argelia. En principio, no parece que estén en riesgo las importaciones de gas, primero, porque el primer proveedor es EEUU y, en segundo lugar, porque a los contratos de suministro no les afecta la suspensión del Tratado de Amistad con Argelia.

Sin embargo, desde el punto de vista político, hay dos razones por las que preocuparse. Argelia ha dado un toque de atención a España al tiempo que coquetea con Italia, intentar solucionar los problemas con Marruecos creando otros considerables con Argelia es una política de dudoso rédito.

Por otro lado, estos dos cenagales en los que se ha metido el Gobierno, pueden tener repercusión en las elecciones andaluzas en donde, una vez más, se están jugando en clave nacional y el resultado será el escenario de llegada a las próximas generales.

Sánchez pierde votos para el Partido Socialista y da un cheque a Feijóo y a Vox. Cada vez es menos serio atribuir el fracaso andaluz en exclusiva a Juan Espadas. Los presidentes autonómicos socialistas toman nota.