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Debate sobre el estado peronista de Warren

Habla de los medios hostiles al Gobierno desde el primer periódico de España, que le brinda cuatro páginas, cuatro, desde un grupo cuyo propietario está también en la operación de Indra

Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, tiene también todos los temores de que los votantes manden a los progresistas a su casa en las próximas elecciones generales. De ahí la importancia que adquiere para él la propaganda peronista, como vimos ayer en el Congreso.

Anunció «El País»: «Sánchez planteará nuevas medidas de protección social para clases medias». Nuevas, es decir, Warren insiste en sus desvelos. Segundo, nos protege. Y la guinda: «clases medias», precisamente las que está perdiendo por su mala gestión, sanitaria, económica y política. Pero las medidas populistas anunciadas ayer van en la dirección contraria, salvo que usted crea realmente que los impuestos a la banca y las eléctricas los pagarán solo un puñado de asquerosos ricos.

La conspiración es un clásico de los totalitarios. El general Perón alertaba de una intriga por parte de «la sinarquía internacional». En España, después de la dictadura franquista, quien cultivó ese discurso fue sobre todo Podemos. En su reciente entrevista en «El País», y ayer en el Congreso, Warren demostró que está dispuesto a arrebatarle ese antiguo camelo peronista a sus socios, y habló de «poderes oscuros». Así los retrata: «un dinero que atrae mucho poder y que siempre tiene una intención clara: la de debilitar y socavar el Estado del bienestar para poder hacer negocio». La frase es impresionante: como si el Estado fuera un regalo, cuando es una imposición, y como si el negocio fuera opresivo, cuando es libre.

Se viste como un caballero que nos salvará de esos enemigos, a los que describe de forma brutal: «han utilizado todos los instrumentos que han tenido a su alcance, y las oportunidades que han visto, primero con la pandemia y ahora con la guerra, para tratar de derrocar al Gobierno de España». Hasta a los periodistas de «El País» les pareció demasiado, y Warren entonces habló de la justicia que limita al Poder Ejecutivo en EE. UU., y eso, es decir, la división de poderes, es decir, la libertad, le parece «un retroceso».

Y habla de poderes oscuros sin decir ni una palabra sobre Indra. Habla de los medios hostiles al Gobierno desde el primer periódico de España, que le brinda cuatro páginas, cuatro, desde un grupo cuyo propietario está también en la operación de Indra. Y Warren se queja porque dice que lo persiguen.