Defensa
Otros veraneos (2): Yibuti
Como siempre, la mejor esencia del soldado sirviendo en tierras extrañas por el valor de la vocación
Basta ver un mapa para comprender por qué Francia se instaló allí en 1896 una vez abierto el Canal de Suez en 1869. Aquel «territorio de los Afars y los Issas» conocido como Somalia Francesa mantiene aún con París fuertes lazos, especialmente en materia militar. Quizás esta relación ha proporcionado una envidiable estabilidad política tras su independencia en 1977. Solo dos presidentes de la hoy llamada República de Yibuti desde su emancipación lo avala.
Su puerto, ubicado en el golfo de Tayura situado frente al de Adén, está separado de las costas del Yemen por los 115 kilómetros del estrecho de Bad-el- Mandeb, punto de paso obligado –entre el 30% y el 40%– del tráfico marítimo mundial.
Es lógico, en resumen, que para proteger este tráfico de la piratería procedente de países del Cuerno de África, Europa diseñase la «Operación Atalanta» para operar en un amplio espacio marítimo que abarca desde el mismo Golfo de Adén hasta las Islas Seychelles. Protección especial para los barcos del Programa Mundial de Alimentos, pero también junto al comercial, para el control de la pesca no reglamentada, el tráfico de armas y drogas y carbón vegetal. Atalanta, básicamente operación naval en la que participa activamente España, incluye con lógica medios aéreos de vigilancia para tan amplia zona.
Ya hemos llegado al por qué, unos 60 efectivos de nuestro Ejército del Aire «veranean» por turnos allí desde 2008. Sirven a la misión con un avión Lockheed P-3 de Patrulla Marítima. Su labor y su capacidad son especialmente valoradas por el mando de Atalanta por su rapidez, su autonomía y sus posibilidades de detección y seguimiento. Su información –sus ojos– constituyen un elemento clave en los procesos de planeamiento, toma de decisiones y ejecución.
El mantenimiento del avión es clave. Los actuales cincuenta días entre finales de junio y estos comienzos de agosto, conocidos como vientos Khamsin (1) provocan tormentas de arena que entorpecen no solo el vuelo del avión o la calidad de las imágenes tomadas tanto en directo como en infrarrojos, sino además su mantenimiento en la plataforma de aparcamiento porque carecen de hangar. Se suma a ello, que estando el avión en la etapa final de su vida operativa (2) algunas veces debe superar la escasez de repuestos ya descatalogados por el fabricante. Me lo dicen así de suave, pero entiendo lo que es este superar.
También la sustitución del tipo de avión es un asunto clave no solo para el Ejército del Aire sino para todos nosotros que sentimos y valoramos su esfuerzo y necesitamos su aportación a la defensa nacional. Espero que sientan lo mismo todos los miembros de la Comisión de Defensa del Congreso.
Nuestro destacamento ubicado en la base francesa «Colonel Massart» solo tiene palabras de elogio para sus anfitriones: «en las situaciones de máxima necesidad es cuando se comprueba el valor de la colaboración entre países aliados». También tiene buenas relaciones con la patrulla marítima de la Armada de Japón, porque «tenemos el mismo tipo de avión P-3 y la misma misión principal de lucha contra la piratería». Y el Cuartel General de las fuerzas armadas de EE.UU. –«Horn of Africa»– el más grande del Continente, coordina operaciones de interoperabilidad entre los distintos contingentes desplegados en Yibuti. «El número de actividades que realiza nuestro destacamento es tan alto que hemos creado un puesto de oficial de enlace que se ocupa de manera exclusiva de todas las coordinaciones con este Cuartel General».
Cuando pregunto por relaciones familiares, confirman la gran mejora en las comunicaciones «incluso verlos a través de vídeo llamada, algo que se agradece». El Teniente Coronel Francisco José Vela actual Jefe del Destacamento añadirá: «el elemento común de todas las familias es su capacidad de sacrificio; responden a las vicisitudes de nuestra profesión con total entrega, asumiendo que es una parte más de la vida que hemos escogido».
Imagino que se acuerdan de sus compañeros que vuelan los «apagafuegos», súper atareados estas últimas semanas volando de norte a sur por la geografía de nuestra Patria. Enorme, impagable también su esfuerzo, al que dedicaremos una próxima tribuna.
Como siempre, la mejor esencia del soldado sirviendo en tierras extrañas por el valor de la vocación. Nuestra gran capacidad de convivir, conllevar, colaborar, cuando es necesario. Algo no frecuente entre nuestra clase política y tristemente en parte de nuestros servidores públicos, a quienes quizás, les falte la vocación de servicio que está en el ADN de estos hombres y mujeres que vuelan por nuestra seguridad, allá, en alejadas rutas de Oriente.
(1) Cincuenta en árabe. / (2) Los P-3 proceden del fin de la década de los 50. Es decir, con lógicas remodelaciones, superan los sesenta años de vida.
Luis Alejandre Sintes es general (r).
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