Pedro Sánchez
La corbata de Sánchez en el Congreso
La exhortación de Sánchez a despojarnos de la corbata en verano por eficiencia energética, para ahorrar al parecer un 7% por cada grado de aumento de la temperatura de refrigeración, no es novedosa por cuanto data del verano de 2008, con una polémica al respecto en el Congreso de los Diputados.
Fue durante una sesión plenaria de julio de aquel año, cuando el entonces Ministro de Industria Miguel Sebastián accedió a su escaño del hemiciclo sin corbata, violando la norma que había aprobado la Mesa del Congreso sobre el decoro en la vestimenta del personal al servicio de la Cámara, visitantes, invitados y señorías. Como miembro de la Mesa, tuve ocasión de participar en las deliberaciones para la aprobación de dichas normas, así como vivir muy directamente el primer rifirrafe respecto a su aplicación entre el ministro y el presidente del Congreso, José Bono. Recuerdo cómo el presidente –sentado yo detrás de él a su derecha– se dirigió discretamente hacia mí con un gesto de simpática complicidad anunciándome la decisión que había tomado.
Le pidió a un ujier que le acercara una de las corbatas, sencillo y habitual obsequio de protocolo de la Cámara, y le rogó que se la llevara al ministro con una tarjeta suya. En ella le indicaba que, habiendo «olvidado» la suya, tuviera a bien aceptar la que le remitía. Sin duda, era una manera cordial de intentar solventar una incómoda situación creada a la vista de todos. El ministro la aceptó con una sonrisa y no se la puso.
Fue el comienzo de una disputa que tuvo su clímax en un debate tres años después, cuando en su condición de diputado del PNV, el miembro de la Mesa Óscar Beloqui, le planteó la pregunta de «si los que llevábamos corbata no apoyábamos la efi ciencia energética» a la que él aludía en su descargo.
En el debate, Sebastián dijo que fue el Primer Ministro de Japón quien en 2005 adoptó esa decisión, y el asunto acabó con una intervención del presidente donde agradecía a los diputados que llevaban corbata por ayudarle a mantener el respeto de la vestimenta en la Cámara. Esta semana en el Pleno, los diputados se han dividido entre los que siguen a Sánchez y se han despojado de la prenda y los que la continúan utilizando.
Usarla o no se va a convertir en un signo del sanchismo, dejando de ser una simple prenda de decoro en el vestir, como hasta ahora ha sido. Esperemos no recomiende Sánchez utilizar chanclas y pantalón corto por el calor.
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