Pedro Sánchez

Sánchez correcaminos

«La política en tiempos de crisis no es un trabajo para aficionados o gestores con lagunas en su formación»

Feijóo se equivocó al pedir que Sánchez ponga a sus ministros a trabajar en lugar de atacarle. Lo mejor sería que muchos de ellos, por supuesto todos los podemitas, sigan de vacaciones el resto de legislatura. Al final llegaremos a la situación que se vivía en Italia donde el mundo económico, social y cultural se desarrollaba al margen de los efímeros gobiernos que se sucedían en un clima de permanente inestabilidad. Lo que constatamos en este momento, a pesar de los esfuerzos de la propaganda gubernamental y la inestimable ayuda de la izquierda mediática, es que no saben gestionar con eficacia los recursos públicos y que han creado un escenario sustentado en los vaivenes y la inseguridad jurídica. El problema no es el PSOE, aunque no me guste su intervencionismo, sino los poco recomendables socios que se sientan en el Consejo de Ministros o le apoyan en el Congreso. En este momento, serían necesarias políticas centradas, con acuerdos entre socialistas y populares, pero se repiten los errores de la crisis de deuda soberana de 2008. Todo indica que saldremos mal de la situación actual y tardaremos más tiempo en recuperarnos.

Las crisis no se resuelven recorriendo España como han diseñado los estrategas inspirados por Sánchez. Su conversión en un correcaminos le permitirá conocer mejor nuestro país, algo que siempre es maravilloso, pero con los lastres que tiene en el Gabinete me parece que no conseguirá cambiar la tendencia desfavorable de las encuestas. La política en tiempos de crisis no es un trabajo para aficionados o gestores con importantes lagunas en su formación. El apoyo decidido de la izquierda política y mediática, así como de los independentistas catalanes y vascos, no es suficiente para revertir la desafección que está provocando la crisis. Lo sucedido en Madrid, Castilla y León y Andalucía le tendría que haber abierto los ojos a la realidad. El «helicóptero del dinero» llega tarde, porque los españoles sienten en sus bolsillos la inflación y la subida de las hipotecas. Es un impacto muy duro en las economías familiares y que se irá agravando en los próximos meses. Esta situación repite el escenario que sufrió Zapatero provocando una dura derrota electoral. Bienvenidos sean Sánchez y Díaz recorriendo España, pero le iría mejor al presidente llamar a Feijóo.