Política

La «liebre» del presidente

Díaz tendrá la cuerda que Sánchez le otorgue, así de crudo

El presidente Sánchez ya le ha encontrado a Yolanda Díaz un papel con verdadera utilidad para los propósitos electorales del PSOE y nos hartaremos de contemplarlo según se acerquen citas electorales. Los dos socios de gobierno nos irán brindando una verdadera y autentica carrera de cuadrigas, con las ruedas bien equipadas de afiladas cuchillas para hacerse con la paternidad de las medidas de carácter social –unas totalmente coherentes como el subsidio de paro para empleadas de hogar y otras meras ocurrencias– que todavía le quedan en la chistera al ejecutivo, para ir sacando en forma de conejos más o menos vistosos en lo que resta de legislatura. Es en este punto donde el presidente del Gobierno ha encontrado una verdadera bicoca a la hora de tomar el pulso a la sociedad, a propósito de determinadas propuestas que pueden quedar varadas en vía muerta sencillamente por inconsistentes, infantiles o poco acordes con el sentir de «la gente», o que por el contrario dispongan del suficiente peso y carga electoral. Nadie como la vicepresidenta, ministra de trabajo y aspirante a candidata de relumbrón en las próximas elecciones generales, Yolanda Díaz, para erigirse en esa liebre o si prefieren en el globo sonda que se lanza a la carrera de proponer medidas sociales o supuestamente progresistas, mientras que Sánchez decide, desde el confort de la última palabra que le confiere la presidencia, sobre la conveniencia de llevar a cabo estas medidas y lo que es más importante, sobre la oportunidad del cuándo a la hora de hacerlas públicas colocándose la medalla en primera persona.

La demostración más reciente entre un amplio elenco ha sido la del anuncio del derecho a paro para las trabajadoras domésticas. Díaz lo adelantaba, pero Sánchez se cobraba la pieza en respuesta a una bien elegida Almudena, natural de Tomelloso, todo un robo de bandera que puede volver a repetirse con cuestiones como la subida del salario mínimo o anuncios que aguardan en forma de reparto de prebendas con los dineros públicos. Mientras tanto la aspirante a lideresa a la izquierda del PSOE, inasequible al desaliento, ha seguido alimentando su registro de ocurrencias desatando auténticas tempestades soviéticas que quedarán en un vaso de agua sencillamente porque al presidente, por estrambóticas, no le convendrá recoger para su provecho demoscópico, como es el caso de la «brillante» idea de topar el precio de la cesta de la compra. Díaz tendrá la cuerda que Sánchez le otorgue, así de crudo.